Tamara Falcó es un engendro en sí misma. Una rara avis difícil de encajar en las taxonomías al uso: hija de preclaro con magnitud de España por un flanco, el añorado marqués de Griñón, y de la reina de la prensa rosa por otro, Isabel Preysler, podría estar de las rentas inherentes a tan distinguida cuna. Sin confiscación, el ‘dolce far niente’ no fue ideado para ella. Tamara, que muestra eficaz su catolicismo militante, tanto participa en retiros espirituales como se convierte en imagen de primeras marcas o participa en el software MasterChef Celebrity y lo deseo sin sospecha alguna de preferencia.
No existen muchas figuras equiparables en el panorama social gachupin, tanto en su capacidad de suscitar titulares en cualquier circunstancia –un evento o 'photocall' con ella entre los asistentes supone un dulcero publicidad para la prensa– como en la fascinación que produce en la sociedad. Efectivamente, Tamara cae admisiblemente a todo el mundo: de Pozuelo a Fuengirola, de la Finca a Redondela, están quienes la saludan como como uno de los suyos y quienes disfrutan con su estilo de vida, inalcanzable pero amable por lo ingenuo de su puesta en suceso. “Lo que a algunos les podría parecer una vida de película, para mí no deja de ser lo más corriente del mundo”, dice la hija mediana de Isabel Preysler. Tamara Falcó es de todos y por ello Netflix la ha preferido como protagonista de su nuevo documental biográfico.
Tras el éxito en este variedad con Soy Georgina, sobre la pareja de Cristiano Ronaldo, y la fresco First Class –que hará segunda temporada–, la plataforma unge a la marquesa de Griñón como personaje mediático audiovisual por ejemplo. En el reality podremos ver un portafolio vivo en movimiento de quien está convocatoria a heredar el trono de reina de corazones. Desde sus primeras portadas en ¡Hola! y la intervención de algunos de sus familiares más mediáticos unido con su novio, Íñigo Onieva, al hallazgo de su inclinación como cocinera tras foguearse en MasterChef Celebrity. Y es que esta inclinación tardía pero irrefutable será el hilo conductor del documental: en el palacio El Rincón de Pueblo del Fresno (Madrid), herencia de su padre, Tamara levanta un restaurante efímero como prueba de fuego para su futuro inmediato.
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