Un día cualquiera del posterior mes de junio, un individuo blandiendo un cuchillo en un tren de Rodalies de la tendencia R2 Nord de Barcelona, provocó que dicha tendencia permaneciera interrumpida en uno y otro sentidos de la marcha durante casi una hora. La lamentable incidente se produjo sobre las cuatro de la tarde y una vez detenido el tren, los pasajeros que habían sido amenazados por el atacante huyeron como podían saltando del coche. El individuo fue detenido por los Mossos.
Los motivos que tendría el asaltante por su comportamiento insólito, este suceso, que por suerte no produjo víctimas, aunque si molestias para muchos y un buen susto para unos pocos, es indicativo de cuán sencillo es que la obra de una sola persona pueda afectar las vidas de un montón de personas e incluso al planeta sereno.
La aniquilamiento de Ucrania es obra de un solo hombre: Vladímir Putin
La aniquilamiento de Ucrania es obra de un solo hombre: Vladímir Putin. Su valor de invadir un país vecino soberano no sólo está causando estragos en Ucrania y la propia Rusia, sino que ha desatado toda una serie de posesiones adversos en la peculio mundial, como además en las siempre tenues relaciones geopolíticas y, de paso, afecta de modo desastrosa el suministro y el mercado de energía y combustibles, como asimismo provoca el desplazamiento de millones de personas de sus hogares o la muy existente amenaza de hambrunas, sobre todo en algunos países africanos, por salir paralizada la exportación de millones de toneladas de trigo de puertos ucranianos como Odesa. Todo esto es obra de un solo mandatario, el hombrecito del Kremlin.
El mes de marzo de 2021, un descomunal portacontenedores quedó embarrancado en el canal de Suez causando durante días un obturación transatlántico monumental. Fueron muchas las industrias que de contrariedad vieron su producción paralizada por yerro de suministro de componentes, lo que puso en evidencia la intranquilizante precariedad del mundo globalizado.
El origen del coronavirus ha sido atribuido a un murceguillo que al parecer mordió a un hombre en una remota región de China. Bueno, o poco por el estilo. Mas tan anodino suceso ha cobrado hasta la época de hoy la vida de millones de personas y ha cambiado los hábitos de todo de mundo de las más diversas maneras, poco que era del todo inimaginables hace tan sólo un par de primaveras.
El error en marzo en la votación en el Congreso del diputado del PP Alberto Casero facilitó la aprobación de la reforma profesional, que de no ocurrir sido aprobada, podía ocurrir precipitado la caída del Gobierno. Un hombre, un voto.
Un lobo solitario yihadista mata a varias personas en París -o Londres, Boston o Roma- y se movilizan miles de policías y militares que se despliegan en su búsqueda por tierra, mar y céfiro. Todas las fuerzas de una poderosa nación contra un solitario terrorista fanático o casualidad desquiciado. Y es así sobre todo desde el 11-S cuando un puñado de yihadistas cambiaron para siempre el rumbo de la historia.
Ahora perfectamente, las acciones de una persona no siempre han ser negativas, como demostró en su día la señora Rosa Parks, una mujer afroamericana de Alabama, al negarse a levantarse de su asiento de un autobús reservado para blancos. Y lo mismo se puede afirmar del buda, Mesías o Mahoma, o al menos será así para sus fieles.
Una sola persona puede hundir el mundo… o salvarlo
Sólo hace yerro que un pasajero se ponga de pie a la hora de despegue para que el avión quede en tierra y se ponga en marcha un despliegue de fuerzas de seguridad, lo que fácilmente puede zanjar en el colapso del aeropuerto en el que se ha producido el incidente, conforme de provocar caos en otros muchos. Una bolsa abandonada u olvidada en una terminal puede provocar una zambombazo de pasajeros con destino a las horizontes, en un intento desesperado de salvarse de una posible crisis.
Con cada día que pasa, tanto más evidente nos debe de salir la cada vez más intranquilizante precariedad de nuestro sistema y de nosotros mismos como individuos y miembros de una sociedad en apuros. Qué equivocados andábamos al creernos ajenos a los males que asuelan a esos millones de personas desamparadas que no queremos ni ver. O asimismo el calentamiento universal y tantas otras calamidades que nos esperan a la envés de la ángulo. Y encima nos tragamos los bulos más burdos de populistas que lo único que buscan es destrozarnos.
Una sola persona puede hundir el mundo… o salvarlo.
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