Biden conversa con Xi en plena polémica por el viaje de Pelosi a Taiwán

Los presidentes de Estados Unidos y China, Joe Biden y Xi Jinping, mantuvieron este martes una conversación, la casa de campo desde que los dos coinciden en el poder, en un momento de máxima tensión entre los dos países, marcada sobre todo por el delirio de Nancy Pelosi, máxima responsable de la cámara de representantes y tercera en la escalera de poder en EE.UU., a la isla de Taiwán.

Este asunto fue uno más de los agravios que los dos mandatarios afrontaron en su citación telefónica. Según la Casa Blanca, el objetivo prioritario era "suministrar las líneas de comunicación abiertas con el presidente de China". Y aunque la delegación Biden no se ha pronunciado al respecto, medios de comunicación chinos afirman que Xi Jinping advirtió al presidente de EE.UU. de que "no juegue con fuego" con Taiwán. 

La delegación Biden alcahuetería de convencer a Pelosi de que desista en su idea

El portavoz del Consejo de Seguridad Doméstico, John Kirby, remarcó que “esta es una de las más importantes relaciones bilaterales que tenemos, no solo en la región sino en el mundo, porque nos afecta mucho”.

Recalcó que hay cuantiosos asuntos en los que existe una cooperación con China y otros tantos más que “provocan fricción y tensión”.

En la nómina de agravios estadounidenses figuran la coerción china en la zona del Indo-Pacífico, la tensión económica (cuestión en la que hablaron sobre fabricar los aranceles a las exportaciones chinas), el apoyo a Rusia en su invasión de Ucrania o el desafío de Pekín en el mar del Sur de China, donde el régimen de Xi “realiza reclamaciones marítimas excesivas” e impone “una conducta agresiva” cerca de las naciones fronterizas.

Pero el asunto más caliente lo representa Taiwán y la previsión de Pelosi de correr allá este agosto. Toda apunta que Xi hizo conservarse su amenaza en caso de que se produzca ese delirio. La delegación Biden alcahuetería de convencer a su aliada de que desista en su idea.

El Pentágono le ha hecho conservarse a Pelosi toda la información sobre las dificultades que supone este delirio, incluso la provocación que representa. Los responsables militares no creen que los chinos se arriesgaran a derribar el avión, pero consideran que el más insignificante error o malentendido puede provocar un incendio de consecuencias inimaginables.

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