Los Mossos d’Esquadra se enfrentan al desafío de resolver el caso de los pinchazos misteriosos. Dieciséis chicas y un pequeño han denunciado en los últimos días acaecer sufrido un reventón, que les habría provocado malestar y mareo, mientras bailaban o charlaban en discotecas de Lloret de Mar –la mayoría– y Barcelona. El hecho les alarmó porque, en un primer momento, todos coincidieron en pensar que podían acaecer sido objeto de un intento de sumisión química con la finalidad de agredirlos sexualmente o robarlos seguidamente. Pero ausencia de eso sucedió. Los descomposición e investigaciones realizados en los centros médicos que los atendieron no han detectado por el momento ninguna sustancia química extraña en la raza.
Es natural que ese caso de los pinchazos misteriosos en centros de ocio noctámbulo, pese a no acaecer sido graves, haya creado mucha susto frente a el aventura de que pudiera tratarse de un nuevo método de sumisión química. Hay que tener en cuenta que en el extremo año y medio han sido cerca de trescientos los jóvenes –en su mayoría chicas– que han sufrido algún tipo de intoxicación forzada, adecuadamente por drogas o bebida, para provocarles aturdimiento o debilitación de la voluntad que les hiciera vulnerables a agresiones sexuales, robos o intentos de entreambos.
Preocupa la sospecha de que se trate de nuevos intentos de sumisión química
Los citados pinchazos misteriosos, como hemos dicho, no han tenido consecuencias graves en ningún caso. Pero deben investigarse para conseguir a descubrir a los autores y determinar qué han inyectado a sus víctimas y qué pretendían. Los equipos de investigación policiales ya están en ello, aunque la tarea es difícil. Han empezado por visionar las grabaciones que puedan tener las discotecas para intentar identificar a los agresores. Incluso han contactado con las policías de Francia y de Gran Bretaña para lograr información sobre casos similares que se han producido en esos países.
En cualquier caso, sea cual sea el resultado de la investigación, es importante incrementar la protección y vigilancia en las discotecas y lugares de ocio noctámbulo, como ya se ha empezado a hacer por parte de la policía y los servicios de vigilancia privada. Incluso es fundamental que las eventuales víctimas avisen al instante a la policía y acudan cuanto antiguamente a un centro médico. En cualquier caso, al beneficio del aventura de ser objeto de un reventón insalvable, es recomendable admitir todavía medidas personales de prevención sobre lo que se come o se bebe y sobre quién proporciona esa comida o bebida. No debería cundir el alarmismo por lo sucedido, pero sí despertar la concienciación sobre la condición de ir con anciano atención y cuidado.
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