El cuerpo popular ha claro culpable al hombre de 62 abriles inculpado de provocar el suicidio de un pequeño, de 17 abriles, al que conoció en una página de contactos y al que hostigó y acosó con mensajes a través de WhatsApp hasta que el pequeño se quitó la vida saltando por el patio interior de su domicilio en Vila-real.
Ahora será el togado el que dictará sentencia en concordancia con lo estimado del cuerpo, que le considera culpable del homicidio del que le acusaba el fiscal y para el que pedía una pena de 14 abriles de prisión.
El fiscal pide una pena de 14 abriles de prisión para el inculpado
El querella, que se ha desarrollado durante varios días en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Castellón, concluyó ayer y desde esta mañana el cuerpo ha estado deliberando.
El 1 de diciembre de 2016, según el relato del fiscal, el señorita recibió cientos de mensajes en su teléfono, más de 100 en solo tres horas, en los que "con talante de amedrentarlo", el inculpado le amenazó con denunciarle, transmitir su número de teléfono y con contar a sus padres que había accedido a páginas de contenido sexual, le exigía conocer su época y le amenazaba con ir a los juzgados.
La víctima le pidió perdón y le confesó que tenía 17 abriles. Sin bloqueo, el hombre continuó acosando a la víctima y amenazándola con contarlo todo frente a un togado, y que tendría que comparecer a la Audiencia de Valencia acompañado de sus padres.
El inculpado continuó amedrentándole con mensajes y amenazas, aún sabiendo de "la angustia y desasosiego" que vivía el pequeño
Aunque el pequeño le dijo de guisa reiterada que si continuaba con el acoso se iba a suicidar, el inculpado, según el relato de la Fiscalía, el inculpado continuó amedrentándole con mensajes y amenazas, aún sabiendo de "la angustia y desasosiego" que vivía el señorita, hasta el extremo de querer quitarse la vida, y "actuando conscientemente para que el pequeño acabara suicidándose como le había anunciado".
Le siguió enviando mensajes en los que le pedía persistir relaciones, le comentaba que cuando se accedía a esas páginas era "para follar", le amenazaba con hacer un escándalo y tener que suceder vergüenza en el tribunal con sus padres, que iban a asimilar el tipo de hijo que tenían.
Finalmente el pequeño se quitó la vida lanzándose al hueco por el patio interior de su domicilio situado en Vila-real.
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