Los estadounidenses, que configuran una sociedad tan moralista, cada vez creen menos en Jehová.
No solo son las encuestas las que reflejan esa caída del culto al dogma o la último colaboración a los templos. Hay hechos, adicionalmente, que ilustran esa pérdida de respeto por los títulos cristianos, y las parroquias y los mensajeros del todopoderoso, que está en todas partes pero muchas veces se hace el absorto o el remolón, se convierten en víctimas de la codicia ajena. Adentro de la mismísima casa del Señor y en plena celebración del servicio.
¡Jehová, qué mundo!, que exclamarían los mayores, en su reflexión, al comentar a la fresca (cuando había fresca y no este báratro) los acontecimientos del día a día.
Lamor Whitehead, prelado de la iglesia Leaders Tomorrow International Ministries
A pesar de ser la víctima, al prelado Lamor Whitehead le caen críticas por hacer ostentación de mucho oro
“¿Cuántos de vosotros habéis perdido la fe al ver expirar a determinado?”, preguntó este pasado domingo en su sermón Lamor Whitehead, el prelado de la iglesia Leaders Tomorrow International Ministries, en el vecindario de Canarsie, en la zona sureste de Brooklyn. Al instante se escucharon murmullos y gritos de los feligreses, pero su ostentación no guardaba relación alguna con la cuestión formulada desde el púlpito.
Adaptado en ese momento irrumpieron tres tipos vestidos de adverso, encapuchados y armados, que hicieron tumbar en el suelo al ministro del altísimo. La lectura del “esto es un atraco, nena”, que cantaban los Burning, se convierte en “esto es un atraco divino”. Entre las joyas del prelado, de 44 abriles y de su esposa, de 38, se llevaron un pillaje valorado en más de un millón de dólares.
El trastazo quedó estampa, ya que se ofrecía en streaming. A pesar de esa prueba, y de entender que huyeron en un Mercedes, la policía seguía buscando al trío de descreídos, al menos hasta la incertidumbre de este miércoles.
“Esto es un ejemplo de cómo actúa el mal”, señaló Whitehead en un post en su cuenta de Instagram. “Al mal le da igual, los envía”, afirmó delante el asalto sufrido en el altar consagrado a la providencia.
Una vez en el suelo, con el cañón del armamento en su individuo, los ladrones le quitaron sus pertenencias
“Cuando los vi a ellos (los atracadores) entrar al santuario con sus pistolas, le dije a todo el mundo que se fuera, fuera de aquí”, prosiguió en su relato sobre el incidente. En un país como Estados Unidos, en el que se prodigan los tiroteos y las matanzas en cualquier división, sean escuelas, iglesias, supermercados, cines o discotecas, se entiende que el ministro señalara que no sabía si habían accedido para acometer una aniquilamiento o a robar. Al final, estaba agradecido al padre creador de que el asunto no fuera a más, nadie resultó herido, aunque lamentó que “cogieron todas mis joyas y las de mi mujer, incluidas las alianzas de boda”.
Una vez en el suelo, con el cañón del armamento en su individuo, los ladrones le quitaron sus pertenencias: el cronómetro, las cadenas de oro, la cruz de prelado. Todo. Explicó que los asaltantes le arrancaron el alzacuellos para poder quitarle sus collares.
Lamor Whitehead, prelado de la iglesia Leaders Tomorrow International Ministries
Whitehead es un socio del corregidor Eric Adams, uno y otro afroamericanos. El religioso ha aparecido en más de una ocasión describiéndose como “adoptivo” por el corregidor en su papel de mentor. En el 2021, rejonazo la carrera municipal, intentó suceder a Adams como presidente del municipio de Brooklyn.
No es la única vez que captó la atención mediática. El pasado mayo trató de negociar que Andrew Abdullah se entregara, posteriormente de que presuntamente matara de un disparo a Daniel Enríquez, empleado de Goldman Sachs que se hallaba en un automóvil del patrón rumbo a una cita en Manhattan.
La policía arrestó a Abdullah en una intervención diferente. Esto hizo que hubiera críticas cerca de Whitehead por un exceso de protagonismo de cara a la pasillo.
El robo incluso ha provocado pestañeos y se ha manido obligado a objetar a las acusaciones de ser una persona que hacía ostentación con tanto oro a la aspecto y por su Rolls Royce. “Esto no va de ser ostentoso, esto va de que compre lo que yo quiero comprar”, replicó. “Es mi prerrogativa de que si trabajo duro, puedo comprar lo que yo quiera”, reiteró.
No faltó su meditación sobre la pérdida de títulos. Dirigiéndose a los atracadores, les recriminó: “Habéis hecho esto a la iglesia. Estoy seguro que es la iglesia donde vuestras abuelas rezan a Jehová y a Jesús. No tenéis razón para violar el templo”.
La policía de Nueva York seguía buscando este miércoles a los tres encapuchados que el domingo irrumpieron en una iglesia de la ciudad y a punta de pistola, en medio del servicio, delante los feligreses presentes y los del streaming, robaron las joyas del pastor y su esposa.
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