Poner adverso sobre blanco cada palabra y cada coma en un documento con el título del Gobierno de España y de la Generalitat de Catalunya cuesta linaje, sudor y lágrimas, según admiten ambas partes. Y no es para menos, tras diez abriles de proceso independentista, desde sus ya lejanos precedentes hasta unas desastrosas consecuencias que aún se están pagando, y el escándalo del espionaje al independentismo que hace escasamente tres meses amenazó con retornar a dinamitar todos los puentes del diálogo.
El empeño de Pedro Sánchez y de Pere Aragonès por la vía de la política frente al conflicto, reafirmado en su última cita en la Moncloa el pasado 15 de julio, tras dos arduas reuniones preparatorias de Félix Bolaños y Laura Vilagrà, logró iniciar a arreglar los platos rotos.
Los representantes en la mesa de diálogo antaño de entrar en la reunión en la Moncloa
La rehabilitada mesa de diálogo y negociación entre uno y otro gobiernos, pese a los poderosos enemigos con que cuenta tanto en España como en Catalunya y que perseveran para que descarrile, logró sellar ayer sus dos primeros acuerdos sobre la superación de los conflictos judiciales y sobre la defensa del catalán.
El avance de la mesa de diálogo además sirve para fijar el círculo político en los próximos meses, con una señal de estabilidad mutua tanto para el Ejecutante gachupin, que necesita del apoyo de los republicanos, como para ERC en Catalunya. La relación de esta formación con JxCat en el Govern es ardua, con enfrentamientos ejemplificados en la atrevimiento de Junts de no personarse a la mesa de diálogo y conformar una táctica disconforme y crítica.
Mesa del diálogo entre el Gobierno de España y el Govern de la Generalitat de Catalunya
Había satisfacción ayer en las dos delegaciones que participaron en la mesa al entender que, pese a partir de reivindicaciones políticas distintas, se han puesto en marcha acuerdos con concreciones pero que además enmarcan un camino por el que transitar políticamente.
Un acuerdo para “la protección y el impulso de la unión catalana”, y otro para “aventajar la judicialización y engrosar las garantías”. Dos documentos, de tres folios y folio y medio respectivamente, que emanaron de la reunión que, tras las intensas negociaciones de las dos últimas semanas, sellaron los representantes de ambas delegaciones en un concurrencia que se prolongó durante una hora y cuarenta y cinco minutos, de nuevo en la Moncloa.
“Hoy abandonamos los monólogos y el intento de imponer al otro, y abrazamos los acuerdos y el diálogo, como forma de hacer política útil”, celebró al término de la reunión el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, que encabezó la delegación del Gobierno, compuesta además por la vicepresidenta Yolanda Díaz y los ministros Isabel Rodríguez y Miquel Iceta. Los dos acuerdos, resaltó Bolaños, “dan respuesta a una mayoría amplia y transversal de la sociedad catalana que deja detrás los bloques que parecían hace poco tiempo irreconciliables”.
La Moncloa celebra el significación de los acuerdos suscritos con el Govern: “Es el fin del unilateralismo”
La consellera de Presidència, Laura Vilagrà –al frente de una delegación del Govern que conformaron Roger Torrent, Joan Ignasi Elena y Natàlia Garriga, y a la que rechazó incorporarse Junts–, además subrayó que de esta reunión surgen los primeros acuerdos concretos para aventajar la judicialización de la política catalana y desandar el conflicto político, y destacó igualmente que la opción pasa por la construcción de una mayoría amplia.
En la Moncloa resaltan a La Vanguardia como puntos más relevantes del acuerdo para aventajar la judicialización del conflicto político que el Govern se comprometa por escrito a desarrollar su actividad política e institucional siempre interiormente del ámbito lícito, que asuma los procedimientos de reforma ya establecidos en la ley y la reto por avanzar con acuerdos que representen a una mayoría amplia y transversal en el ámbito social y parlamentario. Todo ello, a discernimiento del Gobierno implica “el fin del unilateralismo” que impulsó el proceso independentista.
En cuanto al acuerdo para la protección y el impulso de la unión catalana, en la Moncloa resaltan el postrer punto del documento, que extiende su significación al resto de las lenguas oficiales del Estado distintas al castellano, es aseverar el vascuence y el gallego, si así lo requieren además sus gobiernos autonómicos.
"> “Hoy abandonamos los monólogos y el intento de imponer al otro y abrazamos el diálogo y los acuerdos como forma de hacer política útil”.
El ministro Félix Bolaños ha anunciado los acuerdos alcanzados por el Gobierno de España y el @govern de la Generalitat en la mesa de diálogo. pic.twitter.com/wGcMuzUJqA
En el ámbito de la defensa de la unión catalana, desde el Ejecutante de Pere Aragonès se valoró especialmente el acuerdo sobre el uso del catalán en la educación, entendiendo que el documento soporte la reto –plasmada en la ley aprobada este año en el Parlament con amplia mayoría– de aventajar la imposición del 25% de castellano requerida por el TSJC. La opinión de la Moncloa sobre el abrigo no es la misma, pero sí la semirrecta de la política filología que marca el documento.
Desde el Govern se subrayó la importancia que se haya puesto la aniversario de este mismo año para aguantar a lado las reformas para aventajar la judicialización del procés . Unas reformas que supondrán cambios en el Código Penal.
El Govern valora el compromiso de que las reformas para la desjudicialización se hagan este año
Las divergencias con Junts ya se plasmaron poco posteriormente de que acabase la mesa de diálogo. El portavoz Josep Rius pidió al president Aragonès que explique en sede parlamentaria “la deriva que está tomando “la mesa de diálogo ya que se “está apartando” de su objetivo auténtico de conseguir la condonación y el derecho a la autodeterminación. Igualmente desde la CUP se consideró que ya no se aborda el conflicto desde esta perspectiva.
Las críticas llegaron así desde varios flancos. La portavoz del PP, Cuca Gamarra, acusó a Sánchez de “renunciar a la aplicación de la ley” con los independentistas y, asimismo, consideró que niega “la igualdad de los españoles para estudiar en castellano”. Ciudadanos tildó la reunión de la “mesa del chantaje” señalando que el sistema se fundamento en el imperio de la ley y la separación de poderes.
La mesa volverá sentarse previsiblemente el próximo otoño.
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