El Tribunal Superior de Probidad de Catalunya (TSJC) envió ayer a razón a la presidenta del Parlament, Laura Borràs, para juzgarla por los delitos de prevaricación y falsedad documental. Parece ya incuestionable que a consecuencia de esta valor contencioso a partir de mañana quedará apartada de su cargo, el segundo en el nivel institucional de la Generalitat.
Si la incluso presidenta de Junts no toma una valor antiguamente, este jueves la Mesa, el víscera rector de la Cámara catalana, deberá atreverse si le suspende con arreglo al artículo 25.4 del reglamento, que establece la suspensión de los derechos y deberes de los diputados de forma cibernética cuando se les abre razón vocal por delitos vinculados con la corrupción. La dirigente, con todo, ya ha preparado que no dimitirá y que "los que la quieren muerta la tendrán que matar y mancharse las manos" porque ella no se va a "suicidar por la autonomía.
Ese artículo se introdujo el 26 de julio del 2017 –ayer se cumplieron cinco primaveras– en la reforma impulsada por los grupos independentistas mediante una mejora pactada aquel día por Junts pel Sí ( una coalición de Convergència Democràtica de Catalunya y a posteriori del PDECat con Esquerra Republicana) y la CUP.
Las formaciones representadas en la Mesa –ERC, PSC y los anticapitalistas– aparte Junts anunciaron que votarán para que la dirigente sea suspendida y todos los grupos del hemiciclo con la excepción del suyo pidieron su dimisión. El debate ahora ya es otro: cómo se le reemplaza. Se da la circunstancia de que si Borràs no renuncia, nadie puede acomodarse la presidencia, y sus funciones las desempeñaría la republicana Alba Vergés, vicepresidenta primera.
Se proxenetismo de un atmósfera inédito. Nunca antiguamente se había empollón ese artículo y lo único claro es que Borràs no perderá su condición de diputada. Sin retención, no podrá participar en las reuniones de los órganos parlamentarios, ni en actos institucionales o públicos en tanto que presidenta de la institución. Encima, siquiera cobrará.
La reunión de la Mesa será mañana a mediodía y se demora que ahí se inicio a despejar el camino, pero ERC ya pidió a su socio que decida cómo relevan a Borràs, para que cualquiera de JxCat asuma la presidencia de la Cámara.
Junts afronta ahora el debate sobre la sucesión de su líder al frente de la Cámara catalana
El partido de Borràs y Jordi Turull reunió ayer a la ejecutiva, pero aún no ha donado ninguna pista de cómo será el proceso, que puede provocar una nueva pugna entre sectores, y la dirección trasladó “apoyo sin fisuras” a su presidenta delante lo que consideran "persecución y lawfare [guerra jurídica]", según un comunicado.
En los últimos días, en algunos círculos, sonaba el nombre de Anna Erra, vicepresidenta de JxCat y alcaldesa de Vic. En el congreso de Argelers, en junio, obtuvo más votos que Borràs y se le asocia a los sectores más institucionales.
En la Mesa, la otra dirigente de Junts es Aurora Madaula, incluso vicepresidenta del partido, si admisiblemente en el cónclave estuvo a punto de proyectar fuera y no tiene tanto apoyo entre los militantes. Si se elige a un perfil u otro es relevante, tanto por los equilibrios internos como por la imagen que se proyecta cerca de el exógeno.
Con estos mimbres, JxCat y ERC se ven abocados a pactar una fórmula que resuelva el problema y ayer no se descartaba que el puesto, si Borràs se enroca y no renuncia a la presidencia, quede vacante. En ese caso se podría optar por fórmulas imaginativas como reemplazar a Vergés como vicepresidenta primera para que asuma ese cargo cualquiera que elija Junts, que tenga las funciones de Borràs en su partida, y que la exconsellera pase a ser secretaria de la institución, el puesto que ahora tiene Madaula.
De ese modo se respetaría el pacto entre los socios y Borràs no tendría que renunciar, pero en Junts hay sectores que no ven admisiblemente esa opción y creen que afecta a la imagen de la institución. Lo cierto es que la proclama unitaria de ayer no contentó a todos los sectores, pero por ahora nadie ha faccioso la voz. La unanimidad del resto de grupos en esto asunto no pasa desapercibida.
Borràs no hizo ayer ninguna comparecencia, pero por la incertidumbre reiteró la escuadrón de argumentos en una esclavitud de mensajes en la red social Twitter, en la que incluso advirtió que ella "no dimitirá" y avisó que "los que la quieran muerta, la tendrán que matar y mancharse las manos". "Yo he venido a hacer la independencia, no a suicidarme por la autonomía", añadió. Esa era precisamente la ojeada que se hacía en su entorno hace unas semanas en su entorno, que apuntaba que ERC sufriría desgaste con la aplicación del 25.4.
La dirigente será juzgada cercano a otros dos acusados por los delitos de falsedad y prevaricación
Sea como fuere, Borràs se sentará en el banquillo de los acusados en una época aún por determinar y le acompañarán su amigo Isaías Herrero, a quien supuestamente quiso beneficiar al fraccionar los contratos del servicio de informática cuando presidía la Institució de les Lletres Catalanes. Para los dos la Fiscalía pide una pena de seis primaveras de mazmorra y 21 primaveras de inhabilitación para profesar un cargo notorio. El tercer pronunciado es Andreu P., quien supuestamente elaboró facturas que permitieron velar las irregularidades y que se enfrenta a una condena de tres primaveras de mazmorra y diez de inhabilitación. A pesar de que el mediador incluso apreciaba que Borràs había cometido malversación y fraude, la Fiscalía desestimó esos dos delitos.
La comprensión del razón vocal llega a posteriori de que se agotaran las vías de memorial. Su defensa, a cargo del penalista Gonzalo Boye, utilizó esta vía hasta pedir la recusación. El mediador rechazó todas las alegaciones de Borràs y la acusó de querer obstaculizar el proceso para retrasar su creencia. El paso que dieron los jueces se hizo notorio ayer mientras la Mesa del Parlament estaba reunida, y se abordó el tema de pasada, pero se optó por dejar esa carpeta para mañana, aunque por un momento parecía que se dejaría todo resuelto en ese momento, bajo el pretexto de que la presidenta aún no había recibido una notificación formal. Encima, hoy se reúnen el Gobierno y la Generalitat en la mesa de diálogo.
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