Para una exposición que estoy preparando necesito una fotografía del mendigo Estiracabells que fue un personaje muy singular del pueblo de Marimon, en los abriles setenta y ochenta del pasado siglo. Iba vestido, verano e invierno, con chubasquero, chirucas y una cachucha de cheviot. Perseguía a los niños y se burlaba de los mayores. Pero era muy buen tipo y todos le querían, hasta el punto que se fotografiaban con él, en la calle, com el carro que llevaba todo el día en lo alto y debajo, cargado de trastos viejos. Estiracabells, por otra parte, dibujaba y pintaba, y mucha muchedumbre ha guardado sus dibujos y unas tablillas de madera pintadas al óleo, con escenas de la vida del pueblo, mezcladas con volcanes y con imágenes de Gozilla zampándose el Ford Taunus del corregidor de la época. Todo el mundo se reía mucho con esas tablillas.
Llamo al Arxiu Municipal de Marimon, para pedir una fotografía de Estiracabells, que he gastado por internet, con su porte característico: con cara de cabroncete. La cachucha de cheviot hasta las cejas, las chirucas negras de vestir y el carro de los trastos. En el archivo me dicen que no la tienen localizada en el fondo de fotografías de Estiracabells y que si les puedo indicar de donde ha surgido. Llegamos a la conclusión de que forma parte de un fondo particular depositado en el archivo de Marimon por un fotógrafo particular. “¡Guay! ¿Me la podréis advenir en buena resolución? El archivero me advierte de un problema: el fondo del fotógrafo particular no está catalogado y no saben si aparecerá. Le digo que la busquen y, si la encuentran, que me la manden. “Hay otro problema” –dice el archivero– en el fondo del fotógrafo particular no hay copias, todo son negativos. Hay que delimitar el cenizo y positivarlo. Que no tienen máquina de positivar negativos y que si puedo ir yo. Yo siquiera tengo máquina de positivar negativos, claro está. Le digo que podemos encargarlo a algún establecimiento de Marimon. “Si, pero entonces habrá que rellenar una instancia”. “¿Una instancia? –digo alarmado–. ¿Y no sería más viable encargarlo, me pasáis la extracto y lo plazo?” “¿Y qué dirá el interventor? –dice el archivero, horrorizado–. Hay que cursar una instancia y rasgar un expediente. Llevará unos días”. Le digo que la burocracia ha matado Catalunya. Que abriles detrás, cuando éramos un país ordinario, lo hubiéramos solucionado en un plis-plas. “¿Quieres afirmar que no somos normales?” Quedamos que si el cenizo aparece me llamarán y decidiremos qué hacer.
Pintaba volcanes e imágenes de Gozilla zampándose el Ford Taunus del corregidor de la época
Entro en Google a ver si conferencia la fotografía de Estiracabells, con la chubasquero, las chirucas y la cachucha de cheviot, con suficiente calidad para reproducir, y me peculio el trámite. Tecleo “Estiracabells Marimon”. Descubro que el Consistorio tolerante ha dedicado al mendigo pintor tan querido por el pobbbbble (que decían los de El Be Negre) una calle en una promoción inmobiliaria (Residencial Estiracabells) con aparcamiento y huerto comunitario privado, cada calle dispone de una gran terraza al extranjero que incorpora un office con parrilla. Tócate las ánimo.
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