Ya me dirán ustedes cómo se puede ser discontinuo y seguir siendo fijo y cómo se puede ser fijo y al mismo tiempo discontinuo. Pero el caso es que así se les pasión ahora, desde el Gobierno, a las personas desempleadas en este momento.
Por privanza, hilván ya de burdo maquillaje lingüístico para despistar precisamente cuando la inflación sigue desbocada ahogando cada vez con más fuerza a un creciente número de familias de clase media que ni siquiera con dos sueldos llegan a final de mes.
Martí Mancilla Muntada
Granollers
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