Será la prima de peligro de la deuda italiana la gran protagonista de la próxima campaña electoral que culminará el 25 de septiembre y con ella de la coyuntura económica y política europea a la revés del verano? Muchos ya se habrán olvidado de qué es la prima de peligro: el sobrecoste en intereses de la deuda pública de un país respecto al considerado más solvente, Alemania. Harían acertadamente en retornar a aprenderlo. En un contexto de posible estancamiento crematístico y con el Bandada Central Europeo (BCE) subiendo los tipos de interés, la prima de peligro tiene todos los números de retornar a ser protagonista.
Con otros personajes en suceso, de forma destacada entonces el primer ministro italiano Silvio Berlusconi, al que ese viejo coste de la deuda pública le costó su cargo de primer ministro. Más de un año ayer, esa prima, aún no en su máxima expresión, ayudo a parir el primer plan de ajuste de José Luis Rodríguez Zapatero.
Con ella llegó el primer gobierno técnico, como contraposición a político, de la Italia del euro, el de Mario Monti, antecedente del que ahora ha muerto. Su subida vertiginosa, e insostenible, obligó a Berlusconi a dimitir. Incluso taponó, a través del miedo a una crisis financiera y bancaria, el progreso y la furia de las fuerzas políticas que preconizaban la salida de Italia del euro o el incumplimiento torero de las condiciones dictadas desde Bruselas y Berlín.
La coyuntura política italiana, de aquí a las elecciones, contará con dos invitadas especiales. La prima de peligro, espoleada por la subida de los tipos de interés por el BCE. Y la duda europea sobre si debe intentar poner fin a la refriega de Ucrania.
En aquellos días críticos las acciones aparentemente técnicas del BCE, que precisamente presidía otro italiano, en este caso el más influyente y poderoso, Mario Draghi, que decidía cuando compraba o no deuda de su país; más las declaraciones de los políticos que conducían la política de la Unión Europea, en singular la canciller alemana, Angela Merkel, hacían trenzar a diario la prima de peligro del Reservas romano (de paso incluso el del castellano, claro). Poco a poco y pese a su teatral petulancia, Berlusconi acabó cediendo, abandonó el cargo y con el, el resto de la vociferante clase política italiana aceptó que el gobierno Monti aplicara, con más o menos fortuna, las opciones aprobadas por los que mandaban en Europa.
Draghi contribuyó a la caída de Berlusconi desde un BCE que vuelve a ser secreto
Los mercados están aparentemente tranquilos tras el anuncio de Christine Lagarde de subir los tipos de interés y no se han puesto frenéticamente a traicionar la deuda italiana, movimiento que dispara al acrecentamiento la prima. En teoría, el compromiso del BCE de seguir comprando deuda de los países que alcancen niveles de prima de peligro considerados no racionales y sin contorno de cantidad, ha sido suficiente para que no haya pasado nadie. Los optimistas quieren creer que eso por si solo será suficiente, sin penuria de que el faja de Frankfurt tenga ni tan siquiera que ascender a intervenir.
Ayudó a parir el ajuste de Zapatero; acabó con Berlusconi y creó el primer gobierno técnico en Italia
Pero esa tranquilidad dependerá de un buen ramillete de factores. La coyuntura italiana dibuja hoy todas las fracturas de la eurozona, pero a gran escalera. Es su tercera finanzas, la más endeudada entre ellas; la políticamente más inestable; y una de las que más ha padecido desde que la moneda única se puso en circulación. España comparte parte de esas características, pero no todas, ni con la misma virulencia.
La ayuda electoral de Italia a la eurozona dependerá en primer ocasión de la proceso de la finanzas. Es asegurar, de cuán graves sean los mercancía de la inflación, la refriega.... y la propia subida de los tipos de interés sobre el crecimiento. Los últimos datos apuntan con demasiada contundencia el avance de una recesión en Alemania, el motor de la eurozona, lo que arrastraría, caso de confirmarse, al resto de los países.
Según cuál sea el resultado, así de severo será la caída económica y la subida de los precios. Y por consiguiente, la reacción del BCE, que ahora camina sometido a dos presiones contradictorias. Por un
flanco, acortar la inflación, por lo que sube los tipos. Por otro, una evidente desaceleración económica, que en tiempos normales pediría bajarlos. Ponderar el billete la debilita aún más. Tal vez está purgando el error de apuntarse tarde a la refriega contra la inflación. El problema es que el escarmiento sería en la vanguardia de terceros.
La refriega en Ucrania, su duración, es en sí misma otra intríngulis. Pero el evidente damnificación crematístico apremia a los europeos a buscarle una posibilidad rápida; si es que tal cosa está a su radio.
En esta coyuntura, ¿Podrá el Gobierno germano de Olaf Scholz seguir la bisectriz de choque anterior con la Rusia de VladÍmir Putin que le exige EE.UU. y encargarse el corte del suministro de gas? ¿O reforzará sus movimientos, ahora de bajo perfil, discretos, casi secretos, en pos de un acuerdo más o menos manifiesto con el coloso del Este y que ahuyente la amenaza del clausura del llave? ¿Mantendrán los grandes países europeos, Alemania y Francia, en primer ocasión, la bisectriz de apoyo a una refriega indefinida en Ucrania o reforzarán los aspaviento en pos de una acuerdo que circunscriba las hostilidades a un problema entre dos países? El resultado electoral en Italia podría arrojar algunas respuestas de las fortalezas de esas distintos escenarios de salida.
La prima de peligro puede ser un influyente negociador de trasiego política en la campaña electoral
Y quien mejor que la prima de peligro, volvemos de nuevo a ella, para indicar los progresos y retrocesos de uno u potro polo de fuerza. Puede ser el mejor índice de esas tensiones europeas, afloradas en el tablero italiano. Y no solo eso. Incluso puede servir como pertrechos política para frenar los progresos de las fuerzas o partidos consideradas peligrosos o desestabilizadores; como para espolear las esperanzas de las consideradas afines y más tranquilizadoras. La experiencia Berlusconi es un buen ejemplo o antecedente. Y a la hora de la verdad, pueden participar casi todos los interesados.. Los mercados, las grandes potencias europeas y mundiales y por encima de todos el BCE. La prima de peligro puede ser la gran freidora de la campaña electoral italiana. Y de paso de algunos vecinos como España.
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