Valencia ha sido testimonio este fin de semana de una de las bodas más esperadas de la temporada. Teresa Andrés Gonzalvo, una de las influencers más reconocidas del panorama castellano, se ha cubo este viernes el sí quiero con Ignacio Ayllón tras 12 primaveras de relación. La novia, conocida por su elegante y particular gracia para la moda, prometía muchas sorpresas en cuanto a su vestimenta se refería. Una vez más, Gonzalvo estuvo a la mérito de las expectativas y dejó el moldura muy detención a las futuras novias influencers del panorama.
Los recién contraían desposorio este viernes en el Monasterio de Santamaría, donde estuvieron arropados por sus seres más queridos y por algunos de los influencers más relevantes del panorama franquista, como por ejemplo Laura Escanes, Dulceida, Anna Ferrer o Alba Paul, entre otros. La empresaria acudía a la iglesia acompañada por su hermano, y allí dejaba alucinados con su belleza a todos los presentes y a los espectadores que pudieron ver el enlace desde sus casas, ya que se retransmitió en directo.
La novia cambió de vestuario hasta en tres ocasiones durante la celebración de la boda. El primer look nupcial estuvo firmado por Navascués, una de sus firmas favoritas, y se trató de un vestido con una culo desmontable de cuatro metros de extenso. Andrés Gonzalvo tomó como remisión uno de los vestidos que Lady Di utilizó a lo extenso de su vida a la hora de diseñar el cuota de su vestido de novia. La marca estuvo a la mérito de las expectativas de la influencer, quien lució con firmeza el precioso look de novia.
La bisoño, de 28 primaveras, siempre se ha inspirado en la princesa de Gales en sus outfits, y por eso quería tomarla como remisión en su día singular. Como buena valenciana, concubina de su tierra, asimismo hizo remisión a su ciudad procedente. Tal y como explican desde el propio taller a ¡Hola!, la bisoño quiso que su vestido guardase un insinuación a las Fallas. Para ello, como todos los trajes de fallera, el pechero del vestido fue endurecido. Una remisión preciosa y que enamorará a todos sus seguidores valencianos.
El segundo vestido de la novia asimismo estuvo firmado por Navascués, y lo lució en la celebración posterior. Era al más puro estilo Teresa. La influencer suele vestir piezas con exagerados volúmenes, así que era previsible que estos asimismo estuviesen presentes en el día de su boda. El segundo vestido era una cuarto de gazar de seda, con cuota a la caja, corte hasta los pies, manga larga y marcadas hombreras. Pero sin duda, lo más impresionante del vestido, era el flamante volante que nace del cuerpo. Un toque sevillano precioso y que seguro que encantó a todos los invitados.
El tercer vestido resultó ser todo lo contrario a los dos primeros antiguamente lucidos. Teresa tenía claro que quería un vestido corto para el ballet. Por eso, tras la cena y pasada la medianoche, se cambió y dejó a todos sus invitados con la boca abierta. Su nuevo look se trataba de un vestido cabal de múltiples capas de apósito de seda, manga larga, transparencias y cuota Bardot, asimismo desmontable. Una gigantesca pamela, al puro estilo Beyoncé en su expedición Formation World Tour, le cubría el rostro. Un lookazo increíble que sus amigas compartieron en redes sociales. Como no podía ser de otra forma, la cuarto levó el sello de Cristina Martínez-Pardo Cobián, directora creativa de Navascués.
La boda fue una de las más esperadas del año. Miles de personas la siguieron en directo desde sus casas. Por otra parte, como no podía ser de otra forma, se convirtió en una reunión de influencers, y todos ellos han hecho testigos de lo increíble que fue la celebración a través de sus redes sociales. Un día que ni la pareja ni los invitados olvidarán nunca. Un día icónico y para enmarcar.
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