La paciencia de los fotoperiodistas que cubren asiduamente los conciertos de música en Catalunya está llegando tan al divisoria que ya se están organizando para estudiar algún tipo de medidas en presencia de las condiciones cada vez más abusivas que imponen los promotores y agentes para poder tomar imágenes de las actuaciones.
Las quejas se han recrudecido desde la semana pasada, cuando los representantes de Jane Birkin exigían poder ver y autorizar las fotografías antiguamente de que fueran publicadas. En algún caso concreto, llegaron a desmentir el permiso porque mostraban algún tipo de imperfección estética.
Los fotógrafos se quejan, con razón, de que cualquier petición de mostrar su trabajo antiguamente de ser publicado atenta contra el principo simple de la desenvolvimiento de expresión y debería motivar la repulsa del colegio profesional y hacer reflexionar a los organizadores de los conciertos musicales, a quienes siquiera beneficiaría que los fotógrafos dejaran de cubrir este tipo de acontecimientos culturales.
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