En marzo del 2019 se hizo notorio el caso del llamado paciente de Londres, un hombre que se había curado aparentemente del virus que causa el sida (VIH) posteriormente de tomar un trasplante de esencia ósea para tratar un cáncer de la linaje. En su cuerpo no se detectó ningún vestigio del virus, a pesar de sobrellevar un año y medio sin medicarse con los fármacos antirretrovirales. Treinta meses posteriormente, los científicos pudieron confirmar que, efectivamente, se había curado. Pero el paciente de Londres no fue el primer caso de curación del VIH. Ese agradecimiento corresponde al denominado paciente de Berlín, que en el 2008 se curó del VIH y de una leucemia tras un tratamiento mucho más agresivo.
A Timothy Ray Brown, nacido en Seattle (EE.UU.) en 1966, le detectaron la infección por VIH en 1995 en Berlín, ciudad donde se había mudado primaveras antaño para estudiar. Logró tener controlada la enfermedad durante primaveras gracias a los antirretrovirales, pero primaveras más tarde, en el 2006, la vida le dio otro revés: le diagnosticaron una leucemia.
Empezó un tratamiento de quimioterapia que al principio fue correctamente. Sin confiscación, meses más tarde tuvo que someterse a un trasplante de esencia ósea. El donante que halló su médico fue sumamente adecuado: tenía una mutación en el gen de un receptor, llamado CCR5, que el VIH utiliza como gracia para colarse en los linfocitos y que “hace que el receptor no se llegue a expresar en la superficie de la célula, con lo que el virus no tiene puerta de entrada”, explicaba en su día a La Vanguardia Maria Salgado, investigadora del instituto IrsiCaixa y coautora del estudio del paciente de Londres. Brown recibió un primer trasplante en el 2007. Desde el día futuro, dejó de tomar los fármacos contra el VIH para comprobar si la intervención le curaba incluso de la infección. Pero recayó de nuevo y necesitó un segundo trasplante del mismo donante, que recibió en el 2008.
Sufrió serias complicaciones por la intervención –incluso una inflamación cerebral–, pero seis primaveras posteriormente casi se había recuperado del todo. Y lo más atractivo: permanecía aparentemente vacío de VIH a pesar de suceder dejado el tratamiento. Desafortunadamente, Brown murió en septiembre del 2020 víctima de un cáncer a la permanencia de 54 primaveras.
Los tres consiguieron curarse del VIH tras tomar un trasplante de esencia ósea para tratar sus patologías
“El paciente de Berlín nos inspiró para investigar otras estrategias con el objetivo de curar el VIH al demostrar que el receptor CCR5 es fundamental como vía de entrada del virus”, afirmaba Salgado. Entre estas estrategias, se empezaron a desarrollar vacunas para potenciar el sistema inmunitario; terapias génicas para alterar el receptor CCR5 y retornar a los linfocitos inmunes al virus, y fármacos para hacer salir a los virus escondidos en el organismo y atacarlos para eliminarlos definitivamente. 11 primaveras posteriormente del anuncio de la curación de Brown, el paciente de Londres confirmaba estas vías de investigación. Más tarde aparecería un tercer caso, el paciente de Dusseldorf.
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