Homa y Fitzpatrick leyeron perfectamente la situación y se quedaron a espaldas. Mientras, su compañero de partido lideró el camino y recorrió todo el icónico hoyo 18 del Old Course en solitario. La ovación comenzó pronto y no concluyó hasta que llegó al green. Un cariño que emocionó incluso a un hombre de hielo como Tiger Woods, que tuvo que secarse las lágrimas consciente de que seguramente no vuelva a disputar un Open en la catedral del golf. “Seguramente ha sido mi zaguero Open en Saint Andrews y ese calor de la clan me ha tocado”, confesaba al finalizar y firmar un +9 que le impidió sobrevenir el corte.
Las imágenes de Tiger fueron la nota más emotiva de una segunda trayecto de British en la que los golfistas se pusieron las botas y le hicieron muchos birdies al Old Course. La tormenta caída durante la sombra y a primera hora de la mañana suavizó especialmente los greens, una pesadilla para todos los participantes el jueves, y no hubo piedad con el represión que retocó Old Tom Morris a mediados del siglo XIX.
Sergio García y Jon Rahm no se quisieron perder la fiesta y escalaron posiciones en la clasificación, aunque el arreón de Cameron Smith (64 golpes para un total de -13) les obligará a otra gran envés en el moving day para tener opciones de trofeo. El primero en salir al campo en esta segunda trayecto fue García, que firmó una polímero de 66 golpes, nueve menos que el primer día (-3 total). Un precioso eagle en el 9, un par 4 muy corto, fue lo mejor de su envés. Por su parte, Rahm tardó muy poquito en confirmar que había conseguido descifrar (por fin) la velocidad de los greens, logrando tres birdies en los primeros cinco hoyos. Dos magníficos putts, de par en el 16 y de birdie en 18, rubricaron su envés de 67 golpes (-4 total) y le permitieron soñar con la gesta el fin de semana.
Intratable
Cameron Smith sigue en estado de amnistía y con sus 64 golpes puso el -13 en casa club
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