¿Tienes preguntas sobre ingestión? Envíanoslas a engullir@lavanguardia.es, nuestro nutricionista Aitor Sánchez resolverá todas tus dudas.
¿Tomar caldo de huesos es filántropo para el organismo? ¿Tiene alguna contraindicación? ¿Es compatible con el SIBO o la permeabilidad intestinal? ¿Se puede tomar a diario disuelto en un vaso conspicuo de agua? En mi caso lo compro concentrado y los únicos ingredientes son caldo de huesos y sal. Muchas gracias de antemano. (María Carabia, lectora)
Hola María, muchas gracias por tu pregunta.
A los caldos de huesos se le atribuye unos beneficios completamente exagerados, sobre todo por concurrencia que trabaja perspectivas paleo o evolutivas. A veces asimismo lo suelen hacer con las vísceras o con el tuétano de los huesos.
Todo ello forma parte del relato de romantizar en exceso algunos hábitos del pasado y de tener una recta argumental muy "tradicional". Hay que cachear que suena mucho más raro que un caldo de pollo, de pescado o de verduras.
Obviamente, todos estos alimentos pueden tener su aporte, pero sobre todo estaban justificados en un contexto muy diferente en el que la prioridad era el reaprovechamiento y había un contexto de escasez. En una situación de sobreabundancia como la presente dar consejos acerca de hervir huesos o comerse su tuétano por delante de otras muchas prioridades de ingestión simplemente desplaza el foco de lo importante.
El caldo de huesos se manejo simplemente de un caldo cojín que tiene un poco más de proteína que otros caldos, aunque para incrementar la proteína de la dieta tendremos opciones mucho más pertinentes y sencillas de ejecutar.
Igualmente, se podría encargar tomar caldo de verduras o incluso el caldo de cocción de la fruto, siendo estas alternativas mucho más prioritarias en un contexto como el presente.
En definitiva quien quiera puede tomar caldo de huesos y será una preparación que podemos incorporar con regularidad, pero no hay ninguna exculpación para que como sanitarios lo recomendemos por delante de otras opciones como por ejemplo las sopas frías o los caldos de verduras.
¿Nos podrías sostener, por amparo, ideas saludables para admitir de excursión? (Ferran Benaiges, conferenciante)
A la hora de planificar una excursión o una ruta hay ciertas cosas que son importantes a tener en cuenta:
Lo primero es la duración de esa excursión, no es lo mismo hacer un paseo de 2 horas por un bosque, que irse 3 días a la montaña. Mientras que en un paseo o una ruta moderada prácticamente podemos admitir cualquier tipo de comida (incluso en el interior de un táper y unos cubiertos de casa), por el contrario, en el caso de la ruta de montaña tendremos que tener mucho cuidado tanto con el peso innecesario que estamos cargando como en la conservación de los alimentos.
Ideas muy buenas para esas situaciones son la comida deshidratada que se pueda reconstituir en el caso de que se tenga agua, conservas de verduras o de comidas en bote que se puedan aclarar y tomar directamente (como unos garbanzos, fabadas, lentejas...) y asimismo carne y pescado en conserva que suele ser muy recurrido para estas ocasiones.
Para poder permanecer una inscripción demanda energética, con alimentos que se conserven correctamente tenemos geniales aliados como los frutos secos y las frutas deshidratadas. Aunque se venden asimismo muchas barritas de cereales no siempre tienen formulaciones saludables y es mejor acogerse a los ingredientes por separado.
En el caso de que acampemos y podamos cocinar siempre valdrá la pena acogerse a preparaciones sencillas como por ejemplo mezclar alimentos en frío. Si podemos encender un fuego o tenemos camino a un pequeño lumi-gas, habrá que tener en cuenta que no vale la pena hacer platos que tengan que hervirse mucho tiempo como el arroz o la pasta, hay alternativas que se preparan en mucho menos como los purés de patatas, el cuscús o la quinoa.
Regresando al tablado de las excursiones, si no tenemos que priorizar y tener tanto cuidado con el peso, vale mucho más la pena que nos centremos en hidratarnos correctamente y admitir líquidos que puedan mantenerse frescos, por ejemplo, con recipientes termo-aislados.
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