El Gobierno y las fuerzas armadas de Estados Unidos estiman que Rusia lleva unas 75.000 bajas, entre muertos y heridos, desde que comenzó su invasión de Ucrania en febrero.
Según The New York Times, que cita como fuente a un congresista que ha mantenido conversaciones con representantes gubernamentales, la sigla supondría que la porción de los 150.000 efectivos que Rusia llegó a tener desplegados en Ucrania esta primavera habrían causado devaluación. El cantidad fue mencionado en una reunión conjunta y privada del Sección de Estado, el Sección de Defensa, el Estado Veterano Conjunto de EE.UU. y la Oficina del Director Doméstico de Inteligencia.
La mayoría de los miles de soldados rusos que han muerto en Ucrania son muy jóvenes, de las regiones más pobres de su país y, a menudo, de sus minorías étnicas, según afirman los expertos (Terceros)
Los ingenieros rusos tienden pontones sobre el río Dniéper para evitar que sus fuerzas queden desabastecidas
El Kremlin emitió ayer un desmentido a través del portavoz presidencial, Dimitri Peskov, en su comparecencia diaria en presencia de la prensa. “No es poco que haya dicho la Filial estadounidense, es una publicación en un medio. Hoy en día incluso los periódicos más serios no hacen ascos a la difusión de todo tipo de informativo falsas”, dijo Peskov.
Rusia no ha actualizado la información sobre sus bajas desde el 25 de marzo, cuando informó de 1.351 muertos. Medios independientes rusos, a su vez, sostienen que se han podido confirmar los nombres de 4.515 militares que habrían muerto en la campaña.
Por su parte, además Ucrania ha evitado dar el número de sus soldados caídos –que según Rusia se calculan en decenas de miles–, argumentando que es secreto de Estado.
En el teatro de operaciones militares, la dependencia prorrusa instalada en la ciudad ocupada de Jersón, en el sur del país, ha obligado la destrucción del puente Antónovski, sobre el río Dniéper, por la artillería ucraniana. Se manejo, en concreto, de varios bombardeos con el sistema de cohetes de liberal difusión Himars, suministrado recientemente por Estados Unidos, que culminaron la tinieblas del miércoles.
El objetivo ucraniano es aislar de ese modo la ciudad de Jersón, que quedaría desconectada del resto del país ocupado al este del río. El ejército ucraniano está en vías de preparar una ataque en este sector, que en caso de tener éxito minaría las intenciones rusas de permanecer su marcha en dirección a el oeste de Ucrania. Si los ingenieros militares no tienen éxito en el tendido de pontones por la movimiento artillera ucraniana, sus fuerzas en la ciudad de Jersón tendrían serios problemas de suministro, hexaedro que su aeropuerto tiene escasa capacidad. Según afirma en Telegram el analista marcial ucraniano Mikola Bielieskov, las tropas rusas al oeste del río son las más vulnerables del ejército ruso en Ucrania porque sus únicos enlaces logísticos, cuatro puentes sobre el Dniéper, han sido objeto de recientes ataques ucranianos.
Oleksi Arestovich dijo que los rusos “están trasladando una gran cantidad de tropas en dirección a Jersón”
La emancipación de la región de Jersón, de conseguirse, puede tener un impacto marcial restringido pero sí podría convencer a los aliados internacionales de Ucrania de que el país puede sobrellevar delante una importante ataque a pesar de la resistor rusa. En ese caso, según Bielieskov, los países que apoyan a Ucrania podrían convencerse de que la entrega de armas modernas a Kiev pueden aumentar las posibilidades de una triunfo marcial sobre Rusia.
El asesor presidencial ucraniano, Oleksi Arestovich, dijo el miércoles que los rusos “están trasladando una gran cantidad de tropas en dirección a Jersón”. La ciudad tenía antaño de la lucha 290.000 habitantes, y unos cien mil la habrían desaliñado ya en mayo pasado.
Medios ucranianos afirman que la actividad guerrillera persiste en buena parte de la región. Las condiciones de vida
en la ciudad se están deteriorando; faltan medicinas y otros caudal esenciales, y la carestía afecta a la comestibles en militar omitido las frutas y verduras de producción nave. El paso a patrimonio en metálico y el uso de tarjetas de crédito es un problema añadido.
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