Arabia Saudí se convierte en el país que más crece del mundo gracias al petróleo

En la novelística Un holograma para el Rey de Dave Eggers (2012, Mondadori) el protagonista, un informático estadounidense, demora sin éxito días y días en un campamento en el desierto de Arabia Saudí que acuda el Rey para que apruebe su plan de infraestructura destinado a una nueva ciudad futurista en el medio de las dunas. Diez primaveras a posteriori, la sinceridad ha superado la ficción.

Se puede afirmar que el Rey (en este caso el príncipe heredero Mohamed bin Salman) finalmente ha llegado. La ciudad futurista saudí, Neom, ya tiene sus primeros bocetos que han desencajado a la luz la pasada semana. El plan, valorado en unos 490.000 millones de euros, ya no es una utopía, porque hay bienes económicos.

Arabia Saudí ahora corre como nunca. Y, sobre todo, más que nadie. En el segundo trimestre su PIB se disparó casi un 12% comparado con el 2021, su ritmo más parada en merienda primaveras. Para el FMI, el año acabará con un incremento de su riqueza del 7,6%. Según este organismo, Riad es un oasis crematístico: ninguna otra entre las grandes naciones occidentales o emergentes conseguirá en el 2022 hacerle sombra.

Esto ha sido posible gracias al incremento del precio del petróleo, con el barril de Brent que ha llegado a posteriori del conflicto con Ucrania a pasar los 120 dólares. Así, el valía de sus exportaciones este año se ha casi duplicado. Arabia Saudí deseo cerca de 1.000 millones de euros cada día, según Bloomberg. Beneficios caídos del bóveda celeste, dirían algunos. Aunque las cotizaciones ahora han bajado, para el régimen es épocas de vacas gordas. La petrolera Aramco se consolida como la compañía más rentable del mundo.

Una imagen virtual del proyecto de ciudad futurista que Arabia Saudí proyecta construir en el desierto

Una imagen aparente del plan de ciudad futurista que Arabia Saudí proyecta construir en el desierto

AFP

La bonanza fortalece la autonomía saudí de los peticiones de los países occidentales: su prioridad es hacer caja

Las finanzas, a posteriori del decaimiento del 2020, están saneadas. Arabia Saudí registró un superávit presupuestario de 20.700 millones de dólares en el segundo trimestre. Los ingresos totales del gobierno se situaron en 370.400 millones de riales, un 33% más que en el trimestre preliminar. El FMI demora que la romana fiscal de Arabia Saudí inteligencia un superávit superior al 5% del PIB este año, cuando la anciano parte de las economías occidentales están en debe.

Asimismo, La eliminación rejonazo por los rusos les ha, paradójicamente, presbítero hasta desde un punto de olfato político. Tanto el presidente francés Emmanuel Macron como el de Estados Unidos, Joe Biden, han enterrado en un cajón las polémicas sobre la presunta implicación saudí en el homicidio del periodista Jamal Khashoggi y no solo han restablecido relaciones con Riad, sino que le han pedido que suba su producción de petróleo para aliviar la confección energética y frenar la inflación. Arabia Saudí es el único entre los miembros de la OPEP que tiene capacidad para hacerlo.

Sin confiscación, como se ha pasado esta semana, el régimen no parece dispuesto a conceder muchos favores. Como señalaban desde Platts Analytics, los presupuestos saudíes han fijado un precio leve promedio de 70 dólares el barril y en la presente estamos muy por encima. Aún así, se resisten a brindar el canilla. “A los saudíes en estos momentos les conviene hacer cuánta más caja, mejor, porque a medio plazo no se sabe cómo va a transformarse el precio del petróleo. Para ellos es la única forma de financiar la diversificación de su crematística en los próximos primaveras”, comentan fuentes conocedoras del país.

Fuente: FMI

Fuente: FMI

LV

El petróleo aún supone la medio de la riqueza del país, pero pese a tener triplicado el IVA a raíz de la crisis de la covid que hundió los ingresos, este mes de junio, el consumo interno creció un 13,4%,, lo que confirma la recuperación de la demanda a posteriori de la pandemia.Adicionalmente, la coyuntura juega a su crédito ya que interiormente del país la inflación tan sólo crece un 2,3%, una tasa goloso en estosmomentos, gracias a la fortaleza del dólar y el techo a los precios de al­gunos productos.

Francia y Estados Unidos han aparcado sus diferencias por el ‘caso Khashoggi’ y buscan negociar

El plan Vision 2030 aspira a optimizar estos bienes procedentes del oro indignado meter el país en el ranking de las primeras quince economías del mundo. El fondo soberano (PIF) (que gestiona 423.000 millones) está cada vez más presente en las marcas occidentales, como se ha pasado recientemente con las generosas aportaciones en Aston Martin o el club de fútbol del Newcastle.

Última prueba de esta política expansiva ha sido el flamante alucinación de Mohamed bin Salman a Grecia. Ha prometido conectar a través de un tubería submarino Europa y Asia para “proporcionar energía renovable mucho más ocasión” para el Arcaico Continente, empeñado en sujetar su dependencia de Rusia, así como financiar con el East to Med data Corridor la transmisión de datos.

Al mismo tiempo, los saudíes asimismo esperan atraer inversiones extranjeras: Riad ha anunciado que a partir del 2023 no trabajarán más con compañías procedentes de fuera que no establezcan su sede regional en el reino: esta norma puede acelerar la aparición de hacienda.

Aún así, persisten debilidades. “Se han hecho grandes esfuerzos en los últimos cuatro primaveras, ya que los ingresos no petroleros se han duplicado hasta alcanzar el 12,8% del PIB. Sin confiscación, esta monograma sigue siendo considerablemente inferior a la media del G-20, y es necesario seguir recaudando ingresos no petroleros”, dice el FMI.

El ascenso del precio del petróleo que superó los 120 dólares casi ha duplicado el valía de las exportaciones

De acuerdo con el postrer estudio de la reaseguradora Coface, “los progresos de las reformas del régimen son lentos, hay una excesiva dependencia de los trabajadores extranjeros y las persistentes tensiones con Irán suponen una incertidumbre geopolítica”. Mohamed bin Salman tiene prisa por cambiar. Ahora es el Rey que está cansado de esperar.

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