Breonna Taylor, que murió en la cama de su casa en Louisville (Kentucky), el 13 de marzo del 2020, en una operación antidrogas fallida, basada en datos falsos, se convirtió en el otro nombre más coreado en las manifestaciones de protesta étnico tras la homicidio de George Floyd, en Minneapolis (Minnesota), escasamente un par de meses luego. A diferencia del caso de Floyd, donde ha habido condenas penales, el caso Breonna quedó impune.
Pero el Área de Conciencia ha anunciado este jueves que dos policías todavía en activo y otros dos que ya dejaron el cuerpo han sido imputados en la vía federal por varios delitos, entre estos violar los derechos civiles de Taylor, una novato negra de 26 abriles que trabajaba en el servicio de emergencias de un hospital cuando los agentes realizaron una operación de registro sin aviso alguno.
El fiscal caudillo Merrick Garland (equivalente al ministro de Conciencia) ha sostenido que esta violación acabó con “el resultado de la homicidio” de Taylor. “Breonna debería estar todavía con vida”, ha subrayado Garland.
El exdetective Joshua Jaynes y dos policías aún en el cuerpo, los detectives Kelly Goodlett y el mandón Kyle Meany, están acusados de falsificar información para conseguir la orden de registro del morada de la novato.
A Brett Hankinson, otro exdetective, que en aquella ocasión disparó diez veces desde un patio foráneo sin poder ver a quién iban dirigidas las balas, le imputan dos cargos de privación de derechos civiles. Hankinson, el único que afrontó una incriminación estatal en conexión con el caso (no por la homicidio de Taylor, sino por la negligencia de disparar a los vecinos), fue absuelto en marzo de tres delitos de proceder temeraria.
El caso Breonna Taylor
Los cuatro agentes se enfrentan a largas penas de calabozo si son declarados culpables
En caso de ser hallados culpables en el sumario, los cuatro se exponen a largas penas de calabozo. Nulo más conocerse estas imputaciones federales, la jefa de la policía de Minneapolis, Erika Shields, comunicó la conclusión del proceso interno para la expulsión de Goodlett y Meany.
Según el relato de los fiscales federales, Jaynes, Meany y Goodlett sabían a la hora de solicitar la orden de registro que no era cierto que Taylor recibía paquetes, destinados a su pareja, supuestamente con drogas. Como llegaron sin identificarse, Kenneth Walker, el novio de la Taylor, pensó que cierto había entrado a robar y abrió fuego con la pistola, de propiedad totalmente legítimo. Hirió a un agente en la pierna. Hubo una tempestad de balas y Taylor recibió varios impactos. Walker sostuvo que desconocía que los intrusos fueran policías y fue exculpado luego de toda responsabilidad penal.
La policía de Louisville despidó al detective Myles Cosgrove, quien, según determinó el FBI, disparó la bala que acabó con la vida de Taylor. Ningún de los diez disparos de Hankinson tocaron a la víctima.
La investigación federal ha desvelado, como señala la imputación, que Jaynes y Goodlett se reunieron en el estacionamiento de la casa del primero, dos meses luego de la homicidio de Taylor, y acordaron asegurar falsamente en una testimonio jurada que un mandón les había informado de la existencia del paquete y del remesa al morada de Breonna.
En rueda de prensa, Ben Crump, uno de los abogados de la grupo de la víctima, ha calificado la iniciativa federal de “gran paso en dirección a la jurisprudencia”. Ha insistido en que esto “va sobre Breonna y todas las Breonnas de Estados Unidos”.
Violencia étnico en EE.UU.
La causa de Breonna confía en que sea un paso para sentir jurisprudencia: “He esperado 874 días hasta hoy, y ahora está aquí”
Tamika Palmer, causa de Taylor, ha dicho a los reporteros que si aceptablemente la influencia del Área de Conciencia es satisfactoria, la homicidio de su hija a manos de la policía continúa siendo muy dolorosa.
“He esperado 874 días hasta hoy, y ahora está aquí”, ha recalcado.
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