El envoltorio

Todos nacemos con un envoltorio, con unas características físicas que la genética nos proporciona.

De modo que si somos afortunados y coincidimos con los cánones de belleza en vigor, nuestro camino por la vida será más transitable y gratificante, y la admisión social en caudillo estará asegurada. Por el contrario, ay de aquel al que la naturaleza le haya jugado una mala pasada con su físico o su tendencia a desbordar unos centímetros o kilos del patrón establecido, porque puede ser señalado, objeto de burlas crueles y, a veces, acosado. Y qué asegurar de las consecuencias negativas en su autoestima.

La búsqueda de la belleza y la proporción quizá obedezca más a un instinto primario, para avalar una descendencia sana y resistente, que a criterios de índole racional.

Nominar los regalos por la belleza del envoltorio sin investigar lo que pueda deber en su interior no parece la valentía más inteligente. Y es que, harto ayer de los cien, todos calvos y jorobados.

Pedro Serrano

Antoñán del Valle (Arrojado)

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