El Rey sí se levantó al paso de la espada de Bolívar

El Rey sí se levantó al paso de la espada de Bolívar cuando la reliquia abandonó la tarima donde Gustavo Petro había sido investido nuevo presidente de Colombia, aunque permaneció sentado cuando hizo su entrada. El mueca del Rey, basado en una sola imagen del acto, generó críticas en las cuentas de redes sociales colombianas y provocó la airada reacción de los dirigentes de Podemos que llegaron a pedir que el Gobierno pidiera disculpas a Colombia por lo que calificaban  de desatiendo de respeto del Rey.

Sin que nadie comprobara qué había pasado verdaderamente, visualizando la secuencia completa, desde ayer la polémica, alimentada por los dirigentes de Podemos, ha salpicado al Rey, e incluso a hecho intervenir al Gobierno, que, aunque quitándole hierro al mueca, igualmente ha entrado al trapo. 

El Rey, a la derecha, de pie, mientras la espada de Bolívar abandonada la tarima donde tuvo lugar la toma de posesión de Gustavo Petro

El Rey, a la derecha, de pie, mientras la espada de Bolívar abandonada la tarima donde tuvo ocupación la toma de posesión de Gustavo Petro

EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda

Félix Bolaño, ha calificado de intrascendente y anecdótica la atrevimiento del Rey de permanecer sentado mientras la espada de Simón Bolívar paso, a su presentación frente a la tribuna de los invitados a la toma de posesión del nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro. La espada, cuya entrada en secuencia no constaba el el ceremonial, no es un símbolo del estado, a diferencia de la bandera, el himno o el escudo, por lo que no puede calificarse de desatiendo de respeto no levantarse a su paso, aunque el Rey sí lo hizo cuando la reliquia abandonó el proscenio. 

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Imagen del rey Felipe VI, sentado durante la toma de posesión del presidente de Colombia, Gustavo Petro

Guillermo Legaria / Getty

Felipe VI, que regresó a Palma este lunes tras su delirio relámpago a Bogotá, permaneció sentado, al igual que otros invitados a la ceremonia que tuvo ocupación el domingo en Bogotá, mientras la espada, custodiada por la Policía Presidencial, accedía a la tarima donde acababa de perjurar Petro. El Rey  se limitó a seguir el ceremonial original en el que no constaba la entrada en secuencia de la espada, pero imitó la ademán de otros invitados cuando la reliquia fue retirada. La foto del Rey sentado fue utilizada por  dirigentes de Podemos como la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, el portavoz en el Congreso, Pablo Echenique, y el exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias, para echar en cara la postura del Rey y propalar sus dardos contra la Corona.  Podemos pidió al Tarea de Exteriores, cuyo titular José Manuel Albares, acompañó al Rey, que aclarara el mueca del monarca. 

Miquel Iceta

Tanto Bolaños, que se ha referido la tema tras pasarse la obras del AVE en Almería, como Iceta, han coincidido en que el asunto es una “polémica veraniega para que algunos marquen posición política”. Respondían así al revuelo organizado por la ministra de Asuntos Sociales, Ione Belarra, y otros miembros de Podemos que, haciéndose eco, de la aparición en las redes sociales colombianas de protestas por la ademán el Rey y, sin conocer el detalle del ceremonial del acto de jubilación, consideraron una ofensa a los colombianos que el Rey no se hubiera subido, aunque sí lo había hecho,  pidiendo, que la Casa Efectivo pidiera disculpas y el Gobierno diera explicaciones.  Adicionalmente de Bolaños, el ministro de Civilización, Miquel Iceta, se ha manifestado en el mismo sentido argumentando que se negociación de asuntos protocolarios y de ceremonial, que no afectan a las buenas relaciones entre los dos países. Iceta ha advertido “perseverar las cosas en términos razonables, sin desmadrar pequeños gestos que no tienen esa trascendencia”. “Yo no sé, si me pasa una espada por delante, no sé si me levanto o no”, ha asegurado tras considerar "absolutamente disparatado y desproporcionado” proponer que se pidan disculpas a Colombia por el mueca del Rey.

Felipe de Borbón, como Príncipe de Asturias y, desde 2014 como Rey, ha asistido a 72 tomas de posesión

Felipe VI, primero como Príncipe de Asturias y desde 2014 como Rey, ha viajado a América Latina en más de cien ocasiones, la mayoría con el objetivo de asistir a los diferentes relevos presidenciales, protagonizados, en algunas ocasiones, por políticos de izquierda o populistas. El Presidente del Estado, que no ha acudido a los últimos relevos en Venezuela y Nicaragua, acude siempre con el aval y mandato del Gobierno. Omitido protestas puntuales de algunos sectores radicales, el Rey siempre ha sido recibido por los mandatarios salientes y los entrantes con respeto y cordialidad institucional. Ayer mismo, el nuevo presidente colombiano valoró positivamente la presencia del Rey, con quien mantuvo un concurrencia, en Bogotá y ningún medio de comunicación colombiano  destacó que el Rey hubiera permanecido sentado al inicio de la ceremonia, seguramente porque comprobaron "in situ" que sí se levantó. 

Felipe VI saluda a Gustavo Petro durante la ceremonia celebrada en Bogotá

Felipe VI besalamano a Gustavo Petro durante la ceremonia celebrada en Bogotá

Efe

La espada del libertador Simón Bolívar no estuvo en el jubilación  presidencial por ser un símbolo de la lucha por la independencia contra la España colonial, sino porque en 1974 fue robada por la facción del M19 y después devuelta al Estado, en 1991, tras la firma del primer acuerdo de paz en tiempos del presidente colombiano César Gaviria. Petro ya puso conexo a la tarima en la que juró el cargo la escultura de la paloma de la paz creada por el cómico colombiano Fernando Botero para la firma de los acuerdos de paz entre el estado colombiano, presidido por Juan Manuel Santos y las FARC, en 2016. En el acto solemne de la firma de los acuerdos, que se celebró el 27 de septiembre de 2016 en Cartagena de Indias, asistió, en nombre del Gobierno y de Felipe VI, el rey Juan Carlos.

La facción del M-19, a la que perteneció Petro, tuvo secuestrada la espada entre 1970 y 1991

Petro quiso, en su primera atrevimiento como presidente, marcar distancias con su antecesor y, al mismo tiempo, reivindicar la reliquia como símbolo de la pelotón de los colombianos y, de paso, recapacitar la hermandad entre los pueblos iberoamericanos. En su discurso en la toma de posesión, Gustavo Petro repasó esos conceptos pero, a diferencia de otros líderes iberoamericanos, no hizo mención a España ni al pasado colonial. De hecho, los diferentes territorios que hasta principios del siglo XIX pertenecían a la Corona de España no tenían consideración de colonias sino de provincias españolas como demuestra el hecho de que en las Cortes de Cádiz estuvieron presentes diputados trasatlánticos y fue precisamente la Constitución de 1812 la que inspiró las primeras leyes de los nuevos países una vez concluidas las guerras civiles que enfrentaron a libertadores y realistas.

El M19, al que Petro perteneció en su inexperiencia, robó la espada en un patada de sensación que le dio visibilidad a las luchas guerrilleras que en aquellos abriles se libraban en Centroamérica y otros países de la zona y la mantuvo en su poder hasta que, en 1991, coincidiendo con los abriles de plomo del narcotráfico, se firmó el primer acuerdo de paz, aunque la facción no se disolvió hasta el 2016. Para la izquierda colombiana, la reliquia no es un símbolo de la lucha del siglo XIX de los libertadores contra los realistas, sino el símbolo de las luchas de la izquierda latinoamericana contra la oligarquía.

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