Para el gran conocido, las Tanxugueiras eran unas perfectas desconocidas hasta que el tridente gallego participó en la primera impresión del Benidorm Fest, primera criba de los artistas que aspiraban a participar en el Festival de Eurovisión. Este, y no otro, parecía el banderín de enganche de la inmensa mayoría de los 500 espectadores –según las cifras facilitadas por la estructura– que ayer por la oscuridad se dieron cita en el Guíxols Arena de Sant Feliu, donde nuestras artistas protagonizaron una nueva trayecto de la impresión número sesenta del Festival de la Porta Ferrada.
Las tres cantantes actuaron acompañadas por el hilera Isaac Palacín y el percusionista Iago Pico. Tras la intro de rigor abrieron fuego con Arica, tema perteneciente a su más nuevo elepé, Diluvio, en el que reformulan a su guisa los pecados capitales. Un trabajo aparecido hace cosa de una semana aunque precedido, eso sí, por una buena cantidad de singles. Se comercio del tercer disco de larga duración que publican Aida Tarrío y las hermanas Olaia y Sabela Maneiro desde 2018.
Han escrito una historia poco menos que inaudita en el caso de quienes trabajan con la música tradicional
Nuestras pandereteiras desembarcaban en el Baix Empordà en el contexto de una intensísima tournée iniciada el pasado mes de marzo en A Coruña, y que culminará el día 23 de septiembre en Lugo, con un arqueo total de más de cincuenta fechas comprometidas.
Desde que dieron su primer concierto el verano de 2016 en pontevedrés festival Esmorga Folk, las Tanxugueiras han escrito una historia poco menos que inaudita en el caso de quienes trabajan con la música tradicional. Como sorprendente para algunos fue que el trío en cuestión, que canta en gallego, hiciera un gran papel en el anteriormente aludido Benidorm Fest gracias al voto popular. Episodio no exento de polémicas, pues en esos días fueron muchas las voces que defendieron que el trío merecía más de lo finalmente obtenido.
Temas como Desidia, Averno o un Perfidia con las panderetas en todo su esplendor, marcaron los siguientes episodios de la ropaje de Tanxugueiras en Porta Ferrada, seguida por un conocido generacionalmente diverso, que acudió atraído por la fórmula musical del conjunto. Conscientes de la importancia y los encantos de la tradición, estas intérpretes parecen tener claro incluso que lo secular solamente tiene sentido si nos interpela en el aquí y en el ahora. De este modo, y situándose allí de una vistazo digamos museística, proponen un update de la cosa que las lleva a retar con la electrónica, brisas urbanas, retales hip-hoperos y todo aquello que les apetezca. Por lo demás, existe asimismo en su trabajo un vector político-social que incide en asuntos como el feminismo o la defensa de la lenguaje y la civilización gallega.
A lo amplio del concierto estamparon una buena cantidad de aciertos en el alma de los presentes
Todo lo cual sonaría hasta sesudo si no fuera por la efectiva realización musical y comportamiento teatral de nuestro tridente, que a lo amplio de 77 minutos de concierto estampó una buena cantidad de aciertos en el alma de los presentes, siempre con la porte festiva por bandera. La hoja de ruta incluía un atún episodio de corte más estrictamente tradicional traumatizado por temas como O querer o Desposorio, para dar paso luego al flow de Coda y la rumbeada Pano corado, que dedicaron a la lucha de las personas LGTBI.
En los minutos siguientes, incluso sonaron en Sant Feliu Midas, Fame de odio y la estupenda Seghadoras, postrer tema ayer de bises, que presentaron afirmando que “somos mujeres bravas, mujeres empoderadas”. De revés al tablado, y tras dar nueva vida al tema que en su día grabaron con Muerdo (Cambia todo) –lo que provocó gran conexión y danza de brazos entre el conocido–, redondearon su paso por este festival con Figa y, para cerrar la oscuridad, su archiconocida y no por ello menos contagiosa muñeira Terra.
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