La guerra entre la liga saudí y el PGA Tour se traslada a los juzgados

La FedEx Cup comienza este jueves en el TPC Southwind de Memphis con el St. Jude Championship, el primero de los tres torneos de las grandes finales del PGA Tour. Hasta este año, era el maduro reparto de millones de la historia del golf, el saco más preciado. Triunfar la FedEX podía suponer un bonus, al ganancia de los premios, de 18 millones de dólares. Pero la irrupción del LIV Golf, la ajonje patrocinada por los millones de Arabia Saudí, lo ha distorsionado todo, insuflando cantidades absolutamente inimaginables en el mundo del golf e iniciando una aniquilamiento que promete ser larga.

Tras unas primeras batallas de tanteo entre los dos bandos, por un banda el LIV y por otro los circuitos tradicionales con el PGA Tour estadounidense a la capital, la aniquilamiento ha llegado al único división donde se podrá dilucidar un vencedor: los juzgados. Eso no quiere opinar que el alto el fuego esté cerca. Ni mucho menos. Pero serán los jueces los que acabarán decidiendo cómo acaba todo este embrollo. Eso nadie lo duda.

Una togado de California denegó a tres jugadores del LIV clasificados para la FedEX poder participar en Memphis

De momento, el primer punto hay que anotárselo al PGA Tour a posteriori de que casi nada un día antiguamente del inicio del St. Jude Beth Freeman, una jueza del finalidad de California, denegara las medidas cautelares solicitadas por tres golfistas del LIV Golf: Talor Gooch, Hudson Swafford y Matt Jones. Los tres habían sido expulsados del PGA Tour por su afiliación a la ajonje saudí pero hasta ese momento habían acumulado suficientes puntos FedEx como para disputar el torneo de Memphis, así que reclamaron en el judicatura su derecho a participar acusando al circuito norteamericano de causarles “un daño financiero irreparable”, una petición que finalmente les ha sido denegada. Los tres tenían fundadas esperanzas de poder retar la FedEx a posteriori de que hace casi nada unas semanas, un tribunal inglés fallara a beneficio de otros tres jugadores del LIV (Ian Poulter, Adrián Otaegui y Justin Harding) y obligara al DP World Tour a permitirles disputar el Scottish Open.

Pero el frente procesal coetáneo va mucho más allá. La petición de medidas cautelares de Gooch, Swafford y Jones formaba parte de una demanda mucho más elaborada adyacente a otros ocho golfistas (un total de 11) contra el PGA Tour por monopolio, en la que solicitaban su reingreso en el circuito norteamericano y la potestad de retar sus torneos como hasta ahora. Con esta demanda empezaba la aniquilamiento de verdad ya que lleva la firma de jugadores de la talla de Phil Mickelson o Bryson DeChambeau, más los otros firmantes: Ian Poulter, Abraham Ancer, Pat Pérez, Jason Kokrak, Peter Uihlein y Carlos Ortiz, que finalmente dio marcha a espaldas.

Merienda golfistas del LIV han demandando al PGA Tour por monopolio para poder retar sus torneos

Jay Monahan, comisionado del PGA Tour, informó de la demanda a todos los golfistas del circuito en una nota muy dura en la que reiteraba su predisposición a combatir hasta el final contra el LIV Golf defendiendo sus intereses. En el escrito, Monahan pedía incluso a sus afiliados que cada vez que tuvieran la oportunidad ofrecieran públicamente su opinión. Poco que no ha tardado en suceder y ha evidenciado el cisma que se está creando incluso entre los propios profesionales.

“Hay jugadores que han tomado la atrevimiento de irse a otro circuito rompiendo las reglas del nuestro y ahora nos están demandando, definitivamente es un poco frustrante”, admitía sin querer hacer demasiada casta Scottie Scheffler, número del mundo, en Memphis. Menos políticamente correcto se había mostrado Billy Horschel, todo un ex campeón de la FedEx Cup. “Esos tipos hicieron su desafío así que déjennos en paz. Me frustra harto porque muchos son hipócritas, no dicen la verdad y mienten sobre algunas cosas. Yo ya no puedo ser diplomático”, zanjó. La aniquilamiento es un hecho.

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