La otra cara del Camino de Santiago

El pasado miércoles desde el atmósfera de la plaza del Obradoiro, en la inauguración de la Peregrinación Europea Tierno 2022, que según la Iglesia atrajo a Santiago a unos 12.000 muchachos, una portavoz de la ordenamiento instó a los participantes a seguir las indicaciones y respetar los pasillos delimitados, en aras de la convivencia con los turistas que visitan la hacienda gallega. Se le olvidó un tercer colectivo, el de los lugareños, precisamente en el momento en el que varios colectivos vecinales han montaraz su voz, promueven un decálogo de buenas prácticas para el tramo final de la ruta y proliferan las críticas por las molestias.

La polémica sobre el turismo masivo en Compostela, como la de tantas ciudades imanes para mareas de visitantes, ha saltado así a la hogaño, con una polémica incluida entre el presidente de la Xunta y la concurso. Pero en verdad existe desde hace mucho tiempo de forma soterrada, acallada por la importancia económica de la peregrinación y por el éxito que supuso la iniciativa de Manuel Fraga desde la presidencia de la Xunta de, en 1993, crear el Xacobeo y revitalizar así una tradición casi perdida en el tiempo.

Un policia local advierte a un peregrino en la plaza del Obradoiro en Santiago de Compostela

Un policia particular advierte a un peregrino en la plaza del Obradoiro en Santiago de Compostela

EFE/Xoán Rey

La Xunta celebra el éxito del Xacobeo y acusa a comunes y BNG de pelar por razones ideológicas

Es la situación exactamente contraria a la de la hogaño. Según el arzobispado de Santiago durante la mañana de ayer 2.091 personas recogieron la Compostela, el certificado que acredita el favor hecho en el Camino con los requisitos mínimos estipulados, La víspera fueron más de 2. 700 en todo el día. El pasado 24 de julio se había recorrido un récord simbólico, porque se alcanzó el peregrino 200.000 por primera vez antaño de la festividad de Santiago. En el 2019 había sido en agosto.

Ese 2019 es la remisión, conveniente a la pandemia, que supuso un disminución radical en el 2020 y una recuperación parcial en el 2021, que era año santo, aquel en el que el 25 de julio coincide en domingo y supone el perdón de los pecados. Llegaba tras un dispendioso período de merienda abriles respecto al preliminar, del 2010. Así, la Xunta logró que la Iglesia lo prorrogase al 2022.

En julio recogieron la Compostela 67.203 personas, un 26% más que en el 2019. De todos modos, el engendro del año santo es muy gachupin, con una gran concentración en el verano, mientras los extranjeros, que en el resto de ejercicios son mayoría, se reparten más durante el conjunto del año.

Todas estas estadísticas son relativas porque como ha agradecido Nava Castro, directora de Turismo de Galicia, “muchos hacen el Camino sin sellar la credencial”. En cualquier caso, el desborde de este verano no tiene precedente y propicia que se escuchen críticas incluso en pueblos tan dependientes de la ruta como Sarria (Lugo), principal punto de partida de los caminantes, porque en su carrera en pos de una cama en los albergues hacen los trayectos de indeterminación, despertando a los vecinos.

En julio recogieron la Compostela 67.203 personas, un 26% más que en el 2019

Tres entidades sociales de la zona de entrada en Santiago elaboraron este año un decálogo de buenas prácticas. El texto partía del recordatorio de que próximo a la ruta viven personas, por lo que reclamaban respeto para no alterar su vida cotidiana.

Sin incautación, la semana pasada se hicieron virales las imágenes de muchedumbres de jóvenes de la peregrinación católica copando las calles del casco histórico, gritando o cantando, lo que próximo a otros excesos ha elevado el malestar municipal, mientras el Junta asegura que prepara un pacto por el turismo sostenible.

En este contexto, los grupos municipales de BNG y Compostela Aberta clamaron contra el maniquí turístico imperante en Santiago que consideran “invasivo”, “insostenible” y “depredador”, como a litigio de ellos se pone de manifiesto este verano..

Para el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, estas críticas son ideológicas, insinuando que son contra la peregrinación católica. Si aceptablemente admite algún problema puntual de masificación, destaca los beneficios del éxito del Xacobeo del que hace bandera.

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