El mercado deleches vegetales ha ido al incremento en los últimos primaveras, en parte por el calado de los movimientos vegetariano y vegano. La estructura internacional vegana ProVeg hizo en julio campaña para que la Comisión Europea (CE) incluya estas bebidas en su software de subvención de frutas, verduras y cuajo en los centros educativos de la Unión Europea (UE). Argumenta que las bebidas vegetales deben ser una opción para quien no quiera cuajo de fondo y encima suponen una producción y un consumo más sostenibles.
ProVeg aprovechó la consulta pública de la CE para la continuidad del software 2017-2023 que rastreo proteger la distribución de frutas, verduras y lácteos de proximidad y habituar a consumirlos a los niños y los adolescentes. La consulta se cerró en julio, pero tras el verano, la CE seguirá revisando el software. ProVeg mantendrá su reivindicación. Si se aprobara sería, sin duda, un paso de titán en la popularización del veganismo.
España no prevé eliminar la cuajo de fondo ni ampliar los menús veganos en los comedores escolares
“Era una buena oportunidad para pedir, ya que el software se paga con los impuestos de los ciudadanos, una logística de consumo más sostenible, que incluya las alternativas vegetales a los lácteos”, explica Cristina Rodrigo, directora de ProVeg en España.
La perturbador indica que ya hay escuelas en Europa que ofrecen bebidas vegetales, pero la inclusión en el software comunitario “sería un paso importante para solucionar su opción”, admite. Son una opción válida, dice, por motivos de lozanía, como la intolerancia a la lactosa; o por motivos éticos y de defensa medioambiental.
A las leches vegetales no se las puede denominar así, el nombre se reserva a las de origen animal o alguna de uso tradicional como las de almendra y coco. Desde ProVeg se asegura que no se pide eliminar la cuajo de fondo (o de otros animales), sino ampliar el abano. Pero en los últimos primaveras ha crecido el cuestionamiento de la cuajo.
Para la mayoría de los nutricionistas, ha sido uno de los principales alimentos para el progreso humano durante miles de primaveras. La lactosa, un azúcar de la cuajo que ayuda a absorber el calcio y que digieren mal muchas personas (solo causa trastornos intestinales graves a un porcentaje corto), ha sido uno de los caballos de Troya para perforar esa idea de la cuajo como producto primordial. Pese a la opción sin lactosa, hace primaveras que descenso el consumo de cuajo. Con todo, en España aún es unas 12 veces longevo al de bebidas vegetales.
Rodrigo apunta que la UE va revisando sus pautas alimentarias en el entorno de su pacto verde para someter la huella de carbono, las emisiones que contribuyen al cambio climático. “Y uno de los sectores que más contribuyen es la vacada”, recuerda. Según ProVeg, las leches vegetales tienen una huella de carbono entre un 63% y un 78% último que las de origen animal.
Para obtener un litro de cuajo de fondo se necesita 22 veces más agua y 12 veces más tierra que para un litro de soja
Para obtener un litro de cuajo de fondo se necesita 22 veces más agua y 12 veces más tierra que para un litro de soja. Y se emite el triple de gases de sorpresa invernadero. Rodrigo cita encima la preocupación por el bienestar animal, por las condiciones de las granjas. Son factores que incentivan la producción y el consumo de bebidas vegetales, dice.
¿Sustituirán estas bebidas a la cuajo de fondo? Mireia Termes, dietista-nutricionista del hospital pueril Sant Joan de Déu (Esplugues), cree que si no hay contraindicaciones por razones de lozanía, no está justificado sustituir la cuajo por bebidas vegetales. Nutricionalmente no son lo mismo (y añade que no deben sustituir la cuajo materna o de fórmula en menores de un año ni debe darse bebida de arroz antaño de los 6 primaveras, por el contenido de arsénico).
La cuajo de fondo aporta proteínas, vitaminas (como la A, D, B2 y B12) y minerales (como calcio y fósforo). El calcio se considera primordial para la lozanía ósea. Las bebidas vegetales son diversas, como las de soja, avena, cebada, almendra, sésamo o arroz. Sus defensores apuntan que no aumentan el colesterol y que aportan menos calorías que la cuajo. Pero quien quiera tomarlas en una dieta vegana deberá mirar admisiblemente los nutrientes. La bebida de soja sí aporta una cantidad de proteínas equiparable a la cuajo, aunque no son iguales. Termes aconseja designar bebidas vegetales sin azúcares añadidos, enriquecidas con calcio y, si es posible, en vitamina D (además las hay con fibra). La petición europea de ProVeg ya alude a bebidas enriquecidas con calcio.
Por ahora, no se plantea dejar de utilizar la cuajo de fondo o sustituirla por bebidas vegetales en los menús escolares, afirma Gemma Salvador, subdirectora de Promoció de la Salut de la Generalitat de Catalunya.
Rodrigo se queja de que hay un fingido mito que dice que la viandas vegana tiene déficits nutricionales, “cuando es sana”
Está en preparación en España legislatura estatal y autonómica sobre comedores escolares, pero no va en la semirrecta de imponer menús veganos, asegura. Cree que aún no hay una demanda social que lo justifique.
Salvador agrega que en Catalunya, por ejemplo, ni con el software europeo se suele ofrecer cuajo en las escuelas. Se usa cuajo o pinrel en la preparación de algunos menús y se da algún yogur de postre. Siquiera suele deber cuajo en las máquinas expendedoras que hay en algunos institutos.
Rodrigo se queja de que hay un fingido mito que dice que la viandas vegana tiene déficits nutricionales, “cuando es sana”. “La cuajo no es esencial para el progreso, lo esencial son los nutrientes, y cada uno puede escoger de dónde los obtiene”, defiende. La mayoría de las bebidas vegetales ya se enriquecen con calcio y han corto los azúcares.
El Departament de Salut hizo una publicación sobre las bebidas vegetales que señala que suelen contener entre un 2% y 17% de la materia que les da nombre y el resto es agua e hidratos de carbono-azúcares. Pueden contener sal, unto de mirasol, estabilizantes y emulgentes. La Ordenamiento de Consumidores (OCU) analizó que su crema es similar a la de la cuajo semidesnatada.
Los menús vegetarianos y veganos van entrando en los centros educativos, dice Gemma Salvador, sobre todo, delante las deyección de algunos alumnos. Y se reduce el consumo de carnes, pero su sustitución por legumbres no es admisiblemente recibida por muchas familias, que creen que se rastreo reducir el precio costes. Desde el Departament de Salut, afirma, no se desaconseja una dieta vegetariana o vegana, pero en los menús escolares se opta por una variada con alguna fuente de proteínas en cada comida. No se prevé dejar de servir pescado, huevos ni carne. Si los menús fueran veganos, Salvador estima que supondrían más tiempo de cocina, pero no un longevo coste.
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