Una de las llaves del reino de Mallorca que los rebeldes agermanats de la islas enviaron al emperador Carlos V en 1523 como petición de clemencia y muestra de rendición, ha vuelto a la isla al lado de 500 abriles y luego de casi de siglo y medio sin que se tuviera constancia cierta de su paradero.
Se comercio de una de las dos llaves que los protagonistas de esa revuelta ordenaron fraguar para entregar al emperador como símbolo de la rendición de la ciudad de Palma y del reino de Mallorca. Carlos V rechazó las llaves, que volvieron a la isla y quedaron en manos del virrey Miguel de Gurrea. No hubo clemencia y el emperador ordenó la aniquilamiento de todos los que habían participado en la revuelta en su contra.
La presa se ha sometido a un TAC, a radiografías y a diversas pruebas para comprobar su autenticidad
Las llaves quedaron en el olvido y su pista se perdió, pero el Cabildo de Palma inició hace dos abriles un proceso de búsqueda en el ámbito de la celebración de los 500 abriles de las Germanies. La búsqueda ha concluido, en apariencia, con éxito. A la aplazamiento de que se certifique su autenticidad, una de esas dos llaves estaba en manos de un estuche de Dallas (EE.UU.) especializado en piezas antiguas.
Es una cámara de gran valencia histórico y patrimonial que ahora está en una clínica de Palma donde se ha sometido a un TAC, a radiografías y a otras pruebas para analizar sus componentes y su autenticidad. Se comercio de una cámara de oro renacentista, con esmaltes rojos, blancos y azules, de 23 centímetros de prolongado, con inscripciones latinas alusivas a la rendición y a la fidelidad al Rey. Tiene huecograbado el escudo del Rey y los de la ciudad de Palma y el reino de Mallorca.
El concejal de Educació i Memòria Històrica, Llorenç Carrió, cree que es aquella presa llamativo que quedó en manos de los descendientes del virrey de Mallorca, Miguel de Gurrea, hasta el año 1890. En esa aniversario, hay constancia de que la presa que se ha recuperado y otra que le acompañaba y componían esa ofrenda de petición de clemencia fueron adquiridas por la clan Rothschild.
La presa es de oro con esmaltes rojos, blancos y azules
Carrió explica que, tras la I Aniquilamiento Mundial, la clan viajó con las llaves hasta Israel y, a la homicidio de una de sus últimas descendientes, Bethsabé Rothschild, la viejo parte de su colección de joyas y antigüedades se dispersó en una subasta realizada por Christie’s. Sin confiscación, a la presa se le ha podido seguir la pista gracias a una investigación realizada por la historiadora Eulàlia Duran. En 1983, publicó un artículo en la revista Serra d’Or en el que daba cuenta de que uno de estos medios había aparecido en París en un catálogo de arte de la clan y que, de hecho, estaba en Tel Aviv en posesión de la heredera.
Era la última pista que se tenía hasta que, tras investigación de más de un año, que ha tenido un punto de novelística veraniega de aventuras, una de las llaves fue localizada en la tienda texana de antigüedades.
El concejal de Palma explica que, por el momento, la presa se quedará en la ciudad al menos durante un año y estará expuesta en el Cabildo para que la puedan disfrutar los vecinos. Sin confiscación, la intención es poder comprar este dato de gran importancia histórica para la ciudad y para Mallorca y, de paso, intentar recuperar la otra presa que se entregó al emperador, en este caso de estilo ojival y igualmente de gran valencia, sobre la que, por ahora, no hay noticiero.
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