El estreno de una nueva e ilusionante temporada se le está indigestando más de lo que cabía esperar al Liverpool. Por un banda, ya parte con desventaja en la carrera por la Premier League que parecía (y sigue pareciendo) cosa de dos. Mientras el Manchester City derrotó al West Ham a domicilio con un demoledor Erling Haaland, los de Jürgen Klopp no lograron advenir del igualada delante un Fulham sometido, pero peligroso a campo campechano y con un Aleksandar Mitrovic que provocó que el hércules Virgil Van Dijk se sintiera extrañamente pequeño. Al punto rascado contra un recién ascendido se suma la luxación de Thiago Alcántara, que se tuvo que retirar en el minuto 51 con un problema en los isquiotibiales y que, según The Athletic, estará un mes y medio de depreciación.
El futbolista castellano es el encargado de marcar los tiempos del selección del conjunto red, de acercarse a admitir y construir desde a espaldas, acelerar y filtrar pases verticales o aportar pausa y mover al equipo contrario a lo encantado del contorno de selección. Sin él, el 'rock and roll' de Klopp pierde capacidad de control y manejo de balón. Es cierto que este Liverpool ya fue campeón ayer de Thiago, seguramente con un fútbol más vertiginoso y no tan dominador a partir de la posesión como de la presión. El problema ahora es que las lesiones están devorando el centro del campo del equipo y el técnico teutónico se está quedando sin opciones.
La puerta de entrada al club estaba cerrada al final de la pretemporada. "Lo extremo que se me pasa por la capital es que tenemos que hacer más fichajes. Verdaderamente no entiendo la discusión", dijo entonces el exentrenador del Borussia Dortmund. Sin incautación, la luxación de Thiago se suma a una tira de bajas que podrían condicionar las alineaciones del Liverpool durante las próximas semanas. Naby Keita se perdió el estreno liguero por enfermedad, Curtis Jones lleva fuera desde el extremo amistoso de preparación por un problema "derivado del estrés" y Oxlade-Chamberlain se lesionó todavía en los isquiotibiales en el amistoso contra el Crystal Palace y podría perderse varios encuentros.
Tras el contratiempo que supone la pérdida del exjugador del Bayern Múnich, en principio, hasta el inicio de la período de grupos de la Champions League, Klopp ha campechano de nuevo la posibilidad de alguna incorporación de última hora en el mercado de fichajes para velar la plaga de problemas físicos en el centro del campo. "Sé el debate que va a surgir ahora. Dije que no necesitábamos un mediocentro porque teníamos suficientes, y efectivamente los tenemos. El problema es que estamos siendo castigados por poco que no es nuestra responsabilidad, cosas así pueden advenir", reflexionó el monitor en la rueda de prensa posterior al partido contra el Fulham.
"Nadie se podía imaginar el problema de Curtis (Jones). Naby (Keita) solo está enfermo y volverá la semana ulterior. Lo de Oxlade sucedió ayer, y ahora lo de Thiago. Veremos lo que pasa", prosiguió. Si adecuadamente se niega a desdecir sus palabras al final de la pretemporada, sí admite que con todas estas bajas se abre una brecha que requiere una opción. "Un fichaje tendría sentido ahora, todavía a abundante plazo. Todavía tenemos suficientes mediocentros, no es que nos falten. Simplemente algunos están lesionados. Tenemos que ver cómo reaccionar, pero no podemos entrar en pánico", aseguró.
Thiago, uno de los jugadores mejor dotados técnicamente en el mundo del fútbol, siempre ha sido propenso a las lesiones. Su trayectoria es brillante, pero quizás no alcanzó la regularidad que lo hubiera convertido en un medio de época. Desde su aterrizaje en Anfield Road, en 2020, a cambio de 25 millones de libras, su billete con el equipo se vio limitada por sus problemas físicos. En la temporada 2020/21 jugó 24 partidos en la Premier League. La campaña pasada, uno más. Incluso estuvo a punto de perderse la final de la Champions League, a la que llegó muy ajustado de fuerzas. Sin su metrónomo, Klopp tiene un gran problema.
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