La acusada de decapitar a su marido, la “más tranquila” cuando apareció el cráneo

El entendimiento por el aguado como “caso del cráneo” de Castro Urdiales ha llegado a su tercera sesión. Esta mañana les ha tocado resolver a los sanitarios que acudieron al domicilio de la amiga de Carmen Merino -la acusada-  donde apareció la vanguardia de su pareja.

Y estos testigos han coincidido en una cosa: tras el siniestro hallazgo, la que “más tranquila” estaba en esa casa era Carmen, la presunta asesina de ese hombre. 

Esos sanitarios acudieron a ese domicilio, en septiembre de 2019, para atender el ataque de ansiedad sufrido por la amiga de la acusada y su hermana.

La primera había tenido  en un armario durante cinco meses una caja -afirma que se la dio Carmen para que la guardara- con la vanguardia de Jesús Mari Baranda, cuyo resto del fallecido nunca ha aparecido.







Lo más sorprendente


""El perfil tranquilo" de la acusada, tras el siniestro hallazgo, que "era evidente estaba medicada"

Uno de esos sanitarios ha ostensible que lo que más le sorprendió, al enterarse de que en esa casa había aparecido un cráneo de un hombre en una caja de cartón, fue “el perfil tranquilo” de la mujer que ahora se sienta en el banquillo como supuesta autora de ese homicidio. “Era evidente que estaba medicada”, ha afirmado ese declarante.

Carmen Merino, la más tranquila, y su amiga, mucho más alterada al descubrir lo que había en esa caja que la primera le pidió que la guardara tras decirle que ese paquete contenía juguetes sexuales, subieron a la misma ambulancia para ser trasladadas a un hospital.

La conversación entre ambas durante ese trayecto es una aposento importante en este caso, pues internamente de esa ambulancia, sostiene la amiga de la acusada, este la habría confesado la autoría del crimen. “Lo hice por las pastillas”, le dijo, según esta mujer.

Uno de los sanitarios que iban en ese transporte ha ostensible hoy que él solo recuerda como la amiga de la inculpada le preguntaba a Carmen: “¿Cómo has podido hacerme esto?”. Y ha añadido: “Yo me mantuve al beneficio y callado”.







Una conversación secreto


"Robusto amiga, en menuda situación me has metido", le dijo a Carmen su amiga, cuando ambas coincidieron en una ambulancia

El otro retrete que iba en esa ambulancia ha corroborado la interpretación de su compañero. "Robusto amiga, en menuda situación me has metido", recuerda que le dijo Carmen Merino a su amiga durante ese trayecto.

 No recuerda si la acusada respondió. “Creo que no dijo mínimo, pues iba con la vanguardia gacha mirando al suelo".

Estos profesionales se llevaron a las dos mujeres sin aprender lo que había pasado en la casa donde las recogieron. Cuando se enteraron, uno de los sanitarios ha recordado: "Yo miraba a una, miraba a otra, miraba a mi compañero y le dije: esto es surrealista".

Vertical

María del Carmen Merino Gómez, contiguo a Jesús María Baranda




Otras Fuentes

La tranquilidad de la que Carmen Merino hizo ropaje durante ese traslado -lo que no casa con la sorpresa que dijo robar al llamarla su amiga para decirle que en la caja que le había entregado estaba la vanguardia de su marido- perduró durante su estancia en el hospital.

Solo hacía media hora que habían llegado a ese centro cuando les dijo a los sanitarios: "Yo me conversación correctamente, darme el inscripción que me voy", ha recordado uno de esos testigos.

Esta mañana igualmente ha ostensible uno de los amigos de Jesús Mari, al que conocía desde hace dos décadas. Fue uno de sus compañeros que se inquietó cuando el hombre dejó de dar señales de vida, de un día para otro.

Tras una semana sin aprender mínimo de él y no contestar a sus llamadas, ese hombre telefoneó a Carmen Merino. La mujer, relata este declarante, le respondió que el teléfono de Jesús Mari no funcionaba porque se le había caído a wáter y el facilitó un nuevo número.







Un amigo de Jesús Mari


"Me llegó un mensaje: Estoy como un asqueroso en un charco, no tengo cobertura. Ya te llamaré"

Desde ese teléfono recibió un mensaje el 12 de marzo, cuando se cree que Jesús Mari estaba ya muerto, con este mensaje: "Estoy muy a antojo. Estoy como un asqueroso en un charco. No tengo cobertura. Ya te llamaré".

El entendimiento continuará mañana con más testificales. Aunque hoy la defensa ha renunciado a varios testigos, como la hija de Jesús Mari y los dos hijos de Carmen Merino, así como una amiga de la acusada.

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