La peor sopa del mundo

Hay pescadores de la Mengua California, en México, que llevan abriles y abriles faenando en estas aguas sin tener pasado nunca una vaquita armada. Pero este animal, el cetáceo más pequeño y amenazado del planeta, no es un ser mitológico. Existe, al menos, de momento, aunque las estimaciones más optimistas señalan que quizá ya solo queden entre ocho y diez ejemplares de estos mamíferos, endémicos del pillo de California.

La vaquita armada o cochito (Phocoena sinus) es una de las siete especies de marsopa. Las otras son la global, la mújol, la negra o sin guardabarros, la de anteojos, la espinosa y la de Dall, con los colores de una orca y que se fogosidad así por el fisiatra estadounidense W. H. Dall. Todas corren peligro por la sobreexplotación de la pesca y la contaminación de mares y ríos (hay marsopas de agua dulce, como las del río Yangtsé en China).

Nosotros podemos ser la última procreación de humanos que convivan con la vaquita armada, víctima colateral de la pesca ilegal de otro poblador continuo del mar de Cortés y incluso en peligro: la corvina blanca o totoaba. Su procedencia está en teoría perseguida por las leyes mexicanas, que prohíben las capturas, pero el furtivismo es un secreto a voces y la única vía de escape de la miseria para muchos pescadores.

¿Qué hace tan peculiar a la corvina blanca y por qué su comercio pone contra las cuerdas a la vaquita armada? La respuesta está en China. La medicina tradicional del superhombre oriental atribuye  propiedades curativas y afrodisíacas a su vejiga natatoria, con la que se hacen sopas muy demandadas, a pesar de su insípido sabor. La escasez del producto ha disparado el precio en el mercado enfadado, donde puede exceder los 55.000 euros el kilo.

Dos ejemplares de cabicucho

Dos ejemplares de cabicucho, procedentes de piscifactorías 




RRSS

Las vejigas se someten a un proceso de desecado para su conservación y consumo. Hacen equivocación muchas, sin bloqueo, para montar a un kilo. La sobreexplotación impide reflexionar a las totoabas, incluso llamadas cabicuchos. Las redes son cada vez más grandes y resistentes para que no regresen  de hueco a los barcos, aunque sea con ejemplares pequeños. Esas artes arrasan ecosistemas y son una trampa mortal para las vaquitas.

Una extraordinaria investigación de los periodistas Albinson Linares y Juan Cooper para Noticiario Telemundo es por ahora el postrer SOS para rescatar a este cetáceo. La empresa es difícil; los enemigos, poderosos. Los precios de mareo de las totoabas han llamado la atención del crimen organizado, que puede conseguir con este negocio más beneficios que con la cocaína. ¿El resultado? Los cárteles controlan la pesca clandestina.




La peor sopa del mundo
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La vaquita armada 


LV




Si se respetaran las vedas, las regulaciones y las zonas de excepción, la corvina blanca podría alcanzar una largura de hasta dos metros y cien kilos. Pero ni los abuelos de los pescadores recuerdan ya ejemplares así. La maduración sexual y la reproducción de estos peces necesita ciclos muy largos, en comparación con otras criaturas del mar. Por lo tanto, la captura de inmaduros es pan para hoy y deseo para mañana.

Es la ley de la ofrecimiento y la demanda. Mientras haya personas dispuestas a enriquecer un potosí por las vejigas natatorias de las totoabas, carencia frenará su captura. Ni siquiera el peligro extremo para la supervivencia de las vaquitas marinas. Ciertos consumidores asiáticos están convencidos de que las vejigas, como los testículos y los falos de los tigres, que incluso son víctimas del comercio ilegal, aumentan su potencia sexual.

Muchos chinos consideran que las sopas de estos órganos tienen supuestos enseres afrodisíacos, unas ventajas que por supuesto la medicina convencional cuestiona y niega. Igualmente se les quieren atribuir propiedades cuasi milagrosas para la sanidad, como su pretendida capacidad para aminorar el colesterol y rejuvenecer y mejorar la elastina de la piel. No hay más ciego que el que no quiere ver ni más crédulo que el que quiere creer.

Narcotraficantes de Sinaloa o Jalisco han extendido los tentáculos de sus organizaciones al mar. Grupos rivales libran batallas navales para quedarse con el monopolio de la pesca. La vigilancia policial en la zona es muy mejorable. La fugaz presencia de lanchas patrullas provoca a veces que se abandonen redes a la deriva, con el consiguiente peligro, no solo para las vaquitas… Igualmente para las tortugas y las rayas.

Una vaquita marina hallada muerta en el 2019

Una vaquita armada hallada muerta en el 2019 




Pumagua

Las piscifactorías de totoabas, es sostener, los centros de cría para su explotación comercial, podrían ser la alternativa, a sostener de algunos. Otros, por el contrario, sostienen que eso no hará más que revalorizar las vejigas de animales capturados ilegalmente en el mar y que se considerarán “de primera categoría” en comparación con los de alquería. La carrera contra el temporalizador para rescatar a la vaquita armada ya ha comenzado. ¿Estamos a tiempo?

Las autoridades han creado reservas y han sumergido bloques de cemento para dañar las redes ilegales. ¿Darán estos planes una oportunidad a un cetáceo y a un pez al borde de la terminación? Se la den o no, vaquitas y totoabas no son las únicas que necesitan ayuda. Igualmente la precisan los pescadores del mar de Cortés, a los que amenaza el deseo, las restricciones y los cárteles. Y ese sí es el peor caldo de cultivo del mundo.

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