Sufrió dos violaciones cuando tenía 14 primaveras por parte de la pareja de su origen y esto le ocasionó una situación postraumática depresiva, con miedos diversos y un importante sentimiento de yerro, según la valoración psicológica. No fue hasta un año luego de que ocurrieran los abusos cuando se armó de valía y se lo contó a su origen, quien interpuso inmediatamente una denuncia contra su novio.
Ahora, la Imparcialidad de Jaén lo ha condenado a 9 primaveras de prisión por un delito continuado de embestida sexual, por otra parte de 10 primaveras de sinceridad vigilada. Siquiera podrá comunicarse o acercase a la beocio durante 25 primaveras, el mismo tiempo en el que estará inhabilitado para cultivar cualquier profesión que conlleve contacto con menores.
No podrá trabajar con menores en 25 primaveras
La sentencia considera hechos probados que el destacado violó a la pupila hasta en dos ocasiones en 2019, pese a que el destacado lo negó todo en presencia de el tribunal, insistiendo en que el relato de la beocio, a la que consideraba una "hija" ya que la conocía desde que tenía 4 primaveras, era "absolutamente apócrifo".
El ahora condenado atribuyó las acusaciones de la beocio y la denuncia interpuesta contra él a que la beocio, cuando tenía 11 primaveras, comenzó a tener relaciones con chicos y él mostró su disconformidad. "Siempre me he puesto duro, yo le he puesto carácter", dijo el destacado para argumentar las acusaciones de la beocio.
El Tribunal da total credibilidad al relato de la chica
La beocio declaró por videoconferencia y relató cómo entre noviembre y diciembre de 2019 el destacado la violó en dos ocasiones sin que ella dijera carencia por "miedo" y porque ella misma se culpaba de lo que había ocurrido.
"Me quedé en blanco. Sentía miedo a que me pudiera pegar", dijo la beocio, al tiempo que relató con detalle cómo fueron las dos ocasiones en las que el destacado, aprovechando que estaba a solas con la beocio, la violó sin que ella reaccionara porque por otra parte, era la primera vez que tenía relaciones de tipo sexual.
"Tenía sentimiento de yerro, de vergüenza conmigo misma", dijo la beocio y añadió que, a raíz de lo ocurrido, a la pareja de su origen "le cogió asco y odio". Los psicólogos encargados de la beocio acreditaron que pupila se encontraba en una situación postraumática depresiva, con miedos diversos y sentimientos de culpabilidad .
Secuelas en la víctima
Un referencia psicológico atestigua el trauma
El tribunal con su sentencia da plena verdad al testificación de la novato que consideran "elocuente", al tiempo que ponen de manifiesto la "persistencia y firmeza del testificación incriminatorio, que ha de ser prolongado en el tiempo, sin presentar ambigüedades ni contradicciones", tal y apuntan que ha ocurrido en este caso.
La sentencia no es firme y puede recurrirse en apelación en presencia de el Tribunal Superior de Imparcialidad de Andalucía.
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