Cómo hacer botellas sensoriales para niños

En las redes sociales proliferan los vídeos relajantes con paisajes bonitos y ruido ambiental o aceptablemente de ASMR. Pero para los más pequeños de la casa, lo mejor para calmarlos y alentar su curiosidad son las botellas sensoriales.

Las botellas sensoriales son botellas rellenas de neto y otros objetos que se mueven por su interior. Los niños las agitan y aprietan, observando hipnóticos los movimientos del contenido. Son especialmente beneficiosas para tranquilizarlos cuando están exaltados o pasando por una rabieta. Igualmente les entretienen, fomentan su curiosidad, reducen su estrés y les estimulan mentalmente.

Estas botellas son muy sencillas de hacer en casa. Solo necesitas hacer acopio de los materiales necesarios y echarle mucha imaginación para que el relleno sorprenda a los niños. Eso sí, no están recomendadas para menores de tres abriles y siempre han de utilizarlas bajo la supervisión de un adulto. En el caso de niños más mayores, incluso podréis hacerlas juntos como una manualidad en grupo.





Materiales para hacer botellas sensoriales



  1. Botellas de plástico transparentes con tapón

  2. Agua

  3. Unto hidratante, gel transparente o pegamento neto

  4. Silicona líquida

  5. Purpurina de colores (en polvo o en gel)

  6. Colorante alimenticio




Ideas para el relleno de las botellas sensoriales



  1. Lentejuelas

  2. Abalorios para hacer pulseras

  3. Juguetes pequeños de plástico

  4. Clips

  5. Pompones pequeños

  6. Bolas de hidrogel

  7. Arroz, macarrones o legumbres







Paso a paso para hacer botellas sensoriales

El procedimiento es en realidad ligera y lo más importante es la creatividad e ingenio que pongas a la hora de rellenar el interior de las botellas. Primero, llena la botella con agua, ya sea sola o teñida previamente con colorante alimenticio.

A continuación, es momento de introducir en su interior todos aquellos nociones ornamentales que se te ocurran. Geles de purpurina, lentejuelas, pequeñas cuentas para hacer pulseras, pompones… Incluso puedes hacerlas con temáticas, por ejemplo de las cuatro estaciones.


En función del material que escojas, los movimientos serán más lentos o más rápidos. Si quieres que el interior de la botella se mueva más despacio, añade a la mezcla unas gotitas de pegamento neto o gel de ducha transparente, para que el neto sea más denso y persuasivo. Con unas gotas de grasa hidratante corporal incluso lograrás el sorpresa de agua y grasa separados que se juntan al agitarlo.

Una vez que tengas la botella llena del contenido que hayas predilecto, es momento de cerrarla aceptablemente para una anciano seguridad. Sella el tapón con silicona líquida o un pegamento resistente, así evitarás que los niños puedan abrirla. Déjalo agostar antiguamente de dársela.

Si quieres un concepto aún más sencillo de hacer, pero igualmente entretenido, prueba a crear una botella magnética. Solo has de llenarla con clips o imperdibles, sin usar ningún neto. Luego, dales a tus hijos un imán y se distraerán atrapando el contenido de la botella arrastrando el imán por fuera.

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