Cómo limpiar correctamente las planchas del pelo

La plancha del pelo es una útil imprescindible para muchas personas. La gran padre de que hasta las melenas más indomables luzcan “pelazo” con unas cuantas pasadas. Sin requisa, por mucha adoración que despierte entre sus fieles usuarios, no todos las cuidan como es preciso.

¿Alguna vez has limpiado la plancha del pelo? Este electrodoméstico requiere cierto mantenimiento para funcionar adecuadamente, evitar que se estropee y no mermar su efectividad. Si nunca la has limpiado, la guardas de cualquier forma y no prestas atención a ciertos aspectos de cuidado, la vida útil de tu plancha va a ser mucho más corta de lo deseado.







¿Por qué hay que lavar las planchas del pelo?

Las planchas del pelo entran en contacto directo con tu coleta, con todo lo que ello conlleva. En él aplicamos mascarillas, cremas, sérums, protectores térmicos y demás productos que crean una película de suciedad en las placas cerámicas de la plancha. En ellas además se acumulan suciedad del círculo, polvo y pelusas.

Como consecuencia, sus placas se van ensuciando y pierden mucha efectividad. El calor no se transmite igual a tu cabellera, corriendo incluso el peligro de que se quemen. No alisarán ni peinarán tan adecuadamente como recién estrenadas y, de hecho, es muy probable que te den tirones, ya que el coleta se engancha a esa suciedad.



Las planchas han de estar desenchufadas y frías.







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Humedece con agua caliente un trapo de algodón suave (nunca uno de cerdas agresivo que puede tachar las placas) y escúrrelo adecuadamente para que el agua no penetre en el sistema de las planchas.







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Frota con cuidado las placas cerámicas de las planchas con el trapo húmedo. 







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Si están muy sucias, puedes limpiarlas además con un algodón empapado en vino.







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Por postrero, sequía las placas con un paño suave y seco.









Consejos para un buen mantenimiento de las planchas del pelo

Para cuidar correctamente las planchas del pelo, conviene limpiarlas de forma periódica, en función de la frecuencia con que las utilices. Cuantos más usos, más habituales deberán ser esas limpiezas.

Eso sí, deben hacerse siempre con agua tibia o vino, nunca uses productos químicos en ellas, pues podrías estropearlas. Presta específico cuidado para evitar que el agua o el vino penetren en las ranuras de las placas y lleguen al sistema eléctrico de las planchas.

Por otro banda, evita utilizarlas con el coleta húmedo o con productos de peinado aún sin absorber. Procura además que las placas choquen entre sí lo menos posible, pues así se pueden rallar.

A la hora de guardarlas, hazlo preferiblemente en su propio estuche, sin rozar con otros aparatos. Nunca enrolles el cable sobre la propia plancha, entregado que el calor o la tensión acabarán por dañarlo. En su oportunidad, dóblalo en zigzag sobre sí mismo, tal y como vienen cuando las sacas de la caja por primera vez.

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