Nos esperan abriles de tensiones en el mercado del gas, advierte Andrea Stegher, flagrante vicepresidente de la International Gas Union (IGU) y próximo presidente de este organismo. La erradicación de Ucrania ha cambiado el mercado, y hay que suponer por nuevas conexiones. Stegher ha estado esta semana en Barcelona, donde ha participado en una caminata promovida por Sedigas en el Col·legi d’Enginyers Industrials de Catalunya.
“Se puede dar la paradoja de que China acabe revendiendo a Europa energía más cara”
¿Qué pasará con los precios del gas?
En el contexto flagrante, la embuste de cristal es un poco opaca. Vivimos un momento tenso. La coyuntura de altos precios y la preocupación por la seguridad de suministro, la incertidumbre sobre la posibilidad de enterarse más volúmenes en el mercado para atender la demanda europea y que permita sustituir todo el flujo de gas que llegaba de Rusia pueden prolongarse durante al menos dos o tres abriles más. Depende mucho de lo que ocurra con China.
¿Qué tiene ver China? Creía que el tema era Rusia...
El flagrante descenso de la demanda china hoy nos ayuda porque su consumo ha bajado por primera vez en dos décadas, cuando en los últimos abriles su demanda estaba creciendo a un ritmo equivalente al mercado de toda Francia en un año. Pero si China se recupera... tendremos una tensión muy cachas. Europa tal vez seguirá teniendo los bolsillos lo suficientemente llenos para poder abonar el gas a un precio elevado. Pero incluso se puede dar una paradoja.
¿Cuál?
El peligro más preocupante es que China no tenga contratado todo el gas natural licuado (GNL) que necesita y entre en competición con Europa por unos capital limitados. Pero incluso podría darse el caso desatinado de que China acabe atrayendo más gas del que necesita (para atender su demanda interna) y termine revendiéndolo a Europa, pero más caro, obteniendo con ello un enorme beneficio a costa del faltriquera de los consumidores y de la competitividad de las industrias europeas. Piense que China y Turkmenistán llegaron a un acuerdo en el 2009 y se puso en marcha el oleoducto Turkmenistán-China, que hoy transporta 30.000 millones de metros cúbicos. Europa podría deber participado en la inversión, pero dejó escapar la ocasión. Y esto puede tener consecuencias.
¿A qué se refiere?
Otros países del mundo, por ejemplo India, Pakistán, Bangladesh o Indonesia, se verán obligados a retornar al carbón. La misma China tiene en ciernes explotaciones de carbón por el equivalente a 33 gigavatios adicionales. Como narración, España cuenta con una potencia instalada total de ciclos combinados de engendramiento eléctrica (los que utilizan gas) de 26 GW. Acabaremos perdiendo todos como colectivo.
¿Seremos capaces de aminorar el consumo?
Diría que es una apetencia muy espacioso. Encima, no debemos olvidar que, en cierto modo, presumir de la reducción de la demanda industrial es un alarde potencialmente muy efímero, porque significa no solo aminorar sino destruir la demanda industrial, a través del cerradura de la actividad o la deslocalización a otros países de entornos más estables y favorables.
¿Entonces Europa hace adecuadamente en ir a agenciárselas gas a otros países? ¿Hay alguna otra decisión?
El próximo invierno será más difícil para la UE. Solo 20 BCM (miles de millones de metros cúbicos) de GNL adicional estarán disponibles en el 2023, la cantidad más disminución en abriles, y esas son malas informativo si se quiere reemplazar el gas ruso. Hay que agenciárselas otros proveedores (Qatar, Estados Unidos, Egipto, Israel…), pero el exposición de nuevos proyectos es arduo y requiere considerar un horizonte temporal de prolongado plazo. Esto significa tener visibilidad contractual, y en estos momentos no hay. Cuando yo trabajaba en el sector empresarial, nuestro prolongado plazo solía ser de unos 25 abriles. Ahora el prolongado plazo se ha escaso a doce meses. Esto desincentiva a los inversores, que no llevarán a extremo inversiones millonarias en los nuevos proyectos de exploración y producción de gas y de infraestructuras de licuación y transporte si en el interior de pocos abriles esas capacidades productivas adicionales no van a ser necesarias porque Europa decide que ya no las quiere o no las necesita.
Pero Qatar y Alemania acaban de firmar un arreglo.
Sí, va en la buena dirección porque es a 15 abriles, pero en el conjunto de la industria es muy pequeño. Si se miran los nuevos contratos de suministro de GNL firmados por los estadounidenses, el 95% de sus clientes son chinos. ¿Por qué? Porque son contratos a prolongado plazo. Y por otra parte es necesario considerar el aspecto demográfico.
¿En qué sentido?
Europa entre los abriles 2002 y 2020 creció cerca de 15-17 millones de personas. Este mismo aumento tajante lo registró Argelia ella sola. Y Egipto se ha incrementado en 30 millones. El gas es una de las energías que pueden desarrollar, tienen disponibilidad, pero ellos incluso tienen sus evacuación energéticas. Así que los países occidentales tenemos que acechar cómo ayudarles a utilizarla de la mejor forma Cuando yo visito a algún y necesito que me den poco, primero debo opinar: “¿Qué puedo hacer por ti?”. Porque si no, la asociación no funciona.
¿Tenemos que aceptar que la era de la cantidad que hemos tenido se ha arruinado?
Hasta cierto punto. Hemos disfrutado de tal situación en Europa durante los últimos 20 abriles que hemos olvidado que la energía tiene una dependencia de valía que está muy alejada de nosotros. Básicamente, Europa importa en gran medida la energía que usa. Para nosotros, consumir gas era como ir al supermercado y comprar un paquete de pasta. Lo digo en términos italianos. Sabes que siempre hay y que la encontrarás y nunca te preguntas de dónde viene. Ahora esta estructura tiene que ser reconstruida.
¿Con más conexiones? ¿Como la del MidCat?
Siempre he estado a privanza de la creación del mercado único de la energía. Porque lo considero una apetencia importante. Hay proyectos que fueron definidos como estratégicos a escalera europea. Luego, por intereses particulares, situaciones que tienen sus propias motivaciones, pero muy locales y muy contingentes, y al final no se hizo ausencia. Aquí, en los últimos abriles, hemos decidido políticamente que ya lo teníamos todo y que ya no necesitábamos ausencia. Pero como ha puesto de manifiesto la coyuntura flagrante, las conexiones sirven para aminorar el peligro de suministro conjunto de Europa y beneficiar la solidaridad entre los estados miembros.
La era post-Rusia...
Hay algunas interconexiones en Europa Central y Uruguayo que se tienen que reconfigurar, porque los flujos en este momento ya no vendrán del este, sino que vendrán del ideal. Pero incluso es necesario mejorar las normas. Siempre cito un caso alegórico: para poner en marcha la conexión eléctrica entre Sicilia y Calabria se tardó 13 abriles e hicieron equivocación 13 autorizaciones.
¿La decisión pasa por más energías renovables?
Sin duda, debemos promover más energías renovables tradicionales, pero incluso otras como las térmicas renovables, biometano e hidrógeno, que tendrán un papel fundamental para desmoralizar las emisiones de gases de impresión invernadero. Este extremo es el objetivo final. Pero incluso beneficiarse la tecnología y la innovación para retirar y juntar el CO2y aprovecharlo para la industria, que lo utiliza en procesos para la fabricación de alimentos o fertilizantes. Simplemente, el sector energético necesita trabajar mejor y de forma cooperativa; no sobra ninguna tecnología.
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