El Espanyol se marchó del Camp Nou triunfante. No era para menos. Un punto en región comanche como despedida del año merecía una gran sonrisa. Champán en Cornellà en Nochevieja. El equipo perico sumó gracias al gol de Joselu, siempre al finta el gallego. Pero encima ganó un zaguero para 2023. Pues a la valentía de Diego Martínez respondió Álvaro Fernández con una sobresaliente concierto. Los dos, zaguero y punta, fueron los protagonistas de una tarde en la que el equipo blanquiazul se reconcilió consigo mismo antaño de hacer recuento de un 2022, eso sí, francamente mejorable.
“Estoy muy orgulloso de estos jugadores. Lo que han hecho es muy difícil. Han competido mostrando lo que es el ADN de este club, la força d’un sentiment nos ha ayudado. Hemos estudioso nuestras opciones, hemos sufrido, hemos controlado nuestras emociones. Es un punto en un partido singular y nos refuerza anímicamente”, así de eufórico estaba Diego Martínez tras el partido. El técnico debutaba en el derbi y se había empapado de lo que ello significaba para los pericos. En los últimos días había incidido en los condicionantes emocionales, a posteriori de se caldo hacia lo alto para reivindicar el partido, por ser en fin de año “va a concluir para la historia”.
Un disparo entre palos en todo el partido y un gol. La contundencia que pedía en la previa Diego Martínez. De Joselu y de penalti. Pero esta vez en el Camp Nou, al que mandó callar. Un derbi es un derbi. Y esa imagen, con el punta llevándose el índice a los labios, ya forma parte de su historia. Porque desde 2016 no marcaba el Espanyol en el Camp Nou y nadie le había traumatizado al Barça en su estadio esta temporada en Unión. El punta gallego lo hizo todo en el tanto. Provocó el penalti y lo anotó. “Para nosotros es maravilloso”, dijo el técnico a posteriori del partido sobre el punta. “Él está contento por ese gol, pero lo más importante es que está contento por el equipo, por sumar un punto más”.
Aleix Vidal abraza a Álvaro Fernández
La joseludependencia es palmaria y no necesariamente es negativa para el Espanyol, pues en cada palmo del campo muestra que es mucho más que un rematador. Sobre él ha construido su filosofía Diego Martínez, que en su retiro de Pinatar quiso perfeccionar su pugna relámpago, una suerte de deporte en el que, con suerte, Darder ejerce de quarterback y el punta de receptor. El punta derrochaba alegría una vez consumado el esfuerzo. “La sensación es muy bonita, a posteriori de las adversidades que hemos tenido en las últimas 24 horas. Hemos luchado contra todo y delante todos y nos alegramos por la multitud que no ha podido traer la camiseta del Espanyol al campo. Sabíamos de la dificultad de retozar en este campo y se nos ha puesto el partido en contra, pero supimos ir con destino a delante”, resumió el gallego, autor de ocho goles esta temporada.
El Espanyol acaba el 2022 con una de las grandes incógnitas en su plantilla resuelta. Hasta que las hadas opinen lo contrario, Álvaro Fernández será el zaguero de Diego Martínez. Llegó para hacer carrera en Cornellà tras el adiós de Diego López, pero se fue al banquillo por dos errores groseros. Tres meses a posteriori, en el Camp Nou, sacó a relucir su talento, entre los que destaca su personalidad. Tres acciones lo encumbraron. Una mano a disparo de Gavi en el primer tiempo. Otra parada un tanto extraña a disparo de Rapinha tras desvío de un rival. La última, otro manguito salvador a remate de Christensen con el partido en un puño. “Me alegro mucho por Álvaro, Joan y Benjamin, el radio de porteros estaba sufriendo. Él ha llegado preparado porque ha tenido ese proceso de mejoramiento y confianza. No vemos el DNI, sino rendimientos”, dijo Martínez. Sobre el otro protagonista del derbi, el árbitro, Martínez recalcó que se proxenetismo “de uno de los mejores árbitros del mundo”. No quería manchar el igualada con más críticas el técnico, que como exigió en rueda de prensa un día antaño, consiguió el mejor rendimiento de los suyos. “ A l’aguait todo el partido”.
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