Cara y cruz del cine castellano este 2022 que está a punto de consumir. Si adecuadamente la taquilla ha remontado las gélidas cifras del año pasado, con una cuestación en salas de casi nada 40 millones de euros y 6,7 millones de espectadores, el oscilación del 2022 es mucho más positivo, aunque allí de las excelentes cifras prepandemia.
A desatiendo de los datos oficiales de los últimos días del año, las producciones españolas han acumulado cerca de 80 millones y han congregado poco más de 13 millones de espectadores, según cifras del Tarea de Civilización y Deporte. Son números que evidentemente mejoran los de los dos últimos primaveras, azotados por la crisis del coronavirus.
En 2020, un año en el que los cines permanecieron cerrados durante el confinamiento, la cuestación sumó 43 millones y hubo 7,3 millones de espectadores. Mínimo que ver con cifras de antiguamente como la del extraordinario 2014, con 125,7 millones de euros, y gracias al aberración de Ocho apellidos vascos, que por sí sola consiguió cobrar 56 millones. O las de 2017 y 2018, cuando se superaron los 100 millones en taquilla gracias a éxitos como Tadeo Jones 2 o Campeones, respectivamente.
Precisamente, la tercera entrega de Tadeo Jones ha sido la segunda película española más taquillera del año, con 11.771.615 millones de euros, solo superada por ese terremoto y salvador del cine castellano llamado Santiago Segura, que con Padre no hay más que uno 3 se coloca en el número uno con más de quince millones y medio de euros y 2,7 millones de espectadores. En 2021, el director y actor ya hizo lo propio con A todo tren. Destino Asturias, que acaparó 8,4 millones de euros.
Sin duda, las sagas familiares y las comedias son las preferidas del notorio castellano. La secuela de A todo tren, esta vez dirigida por Inés de Audaz, queda en finca posición. La comedia musical Voy a pasármelo adecuadamente, amenizada con las canciones de Hombres G, se sitúa la novena más presencia y La vida padre, ambientada en el mundo de la cocina con Karra Elejalde y Enric Auquer de protagonistas, cierra el top 10.
En tercera posición se encuentra el thriller psicológico Los renglones torcidos de Altísimo, en la que Oriol Paulo adapta el best seller homónimo de Torcuato Luca de Tena. Cerca de seis millones acumulados desde su estreno el 6 de octubre, Día del Cine Gachupin. Álex de la Iglesia ha llevado a la cuarta posición otro título que llegó a las salas a finales de octubre, la disparatada road movie El cuarto pasajero.
Tres de las películas más nominadas a los premios Goya, As bestas, Maniquí 77 y Alcarràs, con 17, 16 y merienda candidaturas respectivamente, aparecen en el ranking del top 10. El thriller rural de Rodrigo Sorogoyen, estrenado en noviembre y campeón en los Forqué, está en sexto división con poco más de tres millones de euros recaudados. Alcarràs, la cinta de Carla Simón que se alzó con un histórico Oso de Oro, la vemos en séptimo división con 2.331.434 euros y 391.096 espectadores y el drama carcelario de Alberto Rodríguez se planta en el número ocho de la cinta con poco más de dos millones de euros.
Sin duda, son películas de una gran calidad que se merecían un mejor trato por parte del notorio. Igual que Cinco lobitos, la aclamada ópera prima sobre la maternidad de Alauda Ruiz de Azúa, que aparece directa en el puesto 23. La cariñoso, el segundo largometraje de Pilar Palomero tras aventajar cuatro Goyas con Las niñas, se encuentra en el número 45 y Un año, una tinieblas, de Isaki Lacuesta, que refleja el horror del terrorismo que sacudió la sala Bataclán de París y que opta a catorce premios Gaudí, queda en el número 47.
Otro primicia en el largometraje que ha recogido excelentes críticas como el de Carlota Pereda y su Cerdita solo ha recaudado 376.417 euros. Siquiera El agua, de Elena López Riera, que se llevó los aplausos en la Quincena de realizadores del Festival de Cannes y aspira a dos cabezones, o Suro, con diez nominaciones a los Gaudí, han llamado la atención de un notorio al que cuesta congregar de nuevo a la encantamiento de las salas. Y eso que había mucho donde escoger.
Para la FECE (Confederación de Cines de España) el regreso de los espectadores a las salas de cine de España "no se está produciendo todo lo rápido que necesita el sector", tal y como afirma su director universal, Luis Gil. "Hay que contender contra singladura y marea las adversidades que el sector se va encontrando posteriormente de la pandemia". La asociación considera necesario establecer una ventana de exhibición de 100 días, para todas las películas que se estrenen en cines -siguiendo otros ejemplos europeos como Francia o Italia-, como medida urgente y esencial para asegurar la recuperación de las salas.
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