“El mundo se está preparando para la gran batalla de los medios naturales, y la tierra es uno de los medios cada vez más escasos y buscados”, advierte Francesc Reguant, presidente de la Comisión de Heredad Agroalimentaria del Col·legi d’Economistes de Catalunya. Los especuladores son muy conscientes de ello y han empezado a cambiar en este admisiblemente, incrementando su cotización. El Unidad de Agricultura de Estados Unidos estima que, de media, el precio de la tierra se ha incrementado un 12,4% entre el 2021 y el 2022 en ese país.
“Igualmente compran tierra países como China o Arabia Saudí, sobre todo en África, o admisiblemente llegan a acuerdos de suministro de alimentos para poder hacer frente a posibles crisis de suministro futuras”, añade el economista. En Catalunya y España los precios siguen estables, pero Reguant señala que “ya se está registrando un incremento de compras de fincas por parte de fondos financieros”.
Impacto
En España una chale parte de la tierra está en aventura de convertirse en desierto y ya es tarde para el 31,5%
Se estima que el 95% de la producción mundial de alimentos depende del suelo. Sin confiscación, la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación calcula que más del 33% de los suelos de la Tierra ya están degradados y que el 90% podría degradarse en el 2050. Desde el movimiento entero Save Soil (en castellano, salvemos el suelo), señalan que algunas zonas del mundo ya han llegado a su “cosecha cero”, como es el caso de la región del Sahel, en el ideal del África Central. Save Soil asimismo denuncia la situación de India, donde cada día se suicidan 28 trabajadores agrícolas por el mal estado de sus tierras de cultivo.
Fuentes de Save Soil señalan que las principales causas de la degradación generalizada del suelo son la deforestación, las prácticas agrícolas insostenibles, el uso inadecuado de la tierra y el pastoreo excesivo. De seguir así, solo quedarían 60 abriles de cosechas, según la ONU, y para el 2050, es probable que el 90% de la capa superior del suelo de la Tierra esté en aventura. Europa no es ajena a esta sinceridad: entre el 60% y el 70% de los suelos europeos se encuentran en un estado insalubre. En España, se calcula que una chale parte de la tierra está en aventura de convertirse en desierto y el 31,5% de la tierra ya está afectada por la desertificación.
Sequia en La Baronia De Rialb, Lleida, este verano
Francesc Reguant pone sobre la mesa otra problemática añadida y que asimismo está detrás del incremento del precio de la tierra: la competencia que ejercen nuevos usos como el cultivo de cereales para la producción de biocombustibles en empleo de alimentos, o admisiblemente la implantación de paneles solares en zonas de cultivo. En opinión del economista, esta circunstancia es especialmente difícil en Catalunya, donde solo se cultiva un 26% del región, la centro de la media europea y mundial. Por habitantes, Catalunya se encuentra entre las zonas con menos tierra cultivada por persona del mundo.
Cifras
De media, el precio de la tierra en EE.UU. se ha incrementado un 12,4%
El proceso natural de recuperación de la tierra es muy flemático, especialmente en comparación con el ritmo al que la humanidad la destruye. Mientras que cada minuto se degrada en el mundo una superficie equivalente a 30 campos de fútbol, la formación de entre dos y tres centímetros de tierra conlleva hasta 1.000 abriles. Sin confiscación, con un manejo adecuado, la agricultura puede producirse de ser parte del problema a devolver a la tierra la fertilidad de la que se nutre gracias a lo que se conoce como agricultura regenerativa.
Entidades como el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (Creaf) y la Universidad de Lleida (UdL) están investigando cómo aplicar la agricultura regenerativa y devolver a la tierra la fertilidad perdida. A grandes rasgos, el objetivo es incrementar el contenido orgánico del suelo para que pase a ser de un minúsculo del 3% al 6%, en comparación con el 1% o menos que tienen la centro de las tierras de cultivo en España.
El IRTA, el Creaf y la UdL colaboran para identificar las mejores prácticas agrícolas, con la finalidad de incrementar los servicios ecosistémicos del suelo en distintos cultivos y condiciones climáticas y agrícolas de Catalunya. Algunas de las técnicas en estudio son las cubiertas vegetales, la fertilización orgánica o la reducción del laboreo.
En rastreo de una agricultura regenerativa
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