La Comunidad Vivo Británica atraviesa uno de los momentos más duros. Tras la homicidio de Isabel II, llegaba a Buckingham la tormenta mediática desatada por las controvertidas declaraciones del príncipe Enrique y Meghan Markle en su serie documental, emitida en Netflix. Sin confiscación, a pesar de todo esto, los Windsor han continuado con total normalidad con sus compromisos, manteniéndose ajenos a la polémica. Este sábado, el príncipe Guillermo ha desconectado de las obligaciones de su dietario actual por unas horas y ha asistido a una boda próximo a su colección de amigos de la nubilidad, y lo ha hecho sin Kate Middleton ni sus tres hijos, George, Charlotte y Louis.
El enlace unía a la cantante Rose Farquhar y a su pareja, George Gemmel. Y es que el príncipe de Gales mantuvo una relación con la intérprete antaño de ir a la universidad, y los dos guardaron una bonita relación de amistad tras su ruptura. El evento tuvo espacio en la parroquia de Santa María la Inmaculado de Tetbury, situada en Gloucestershire, un pequeño condado al suroeste de Inglaterra, rodeado de naturaleza. El heredero al trono quiso suceder en todo momento desapercibido y de una forma muy discreta se le pudo ver entrando al templo vestido con un esmoquin y pelliza infeliz minutos antaño de que comenzase la ceremonia.
El príncipe Guillermo llega a la boda de sus amigos 
El príncipe de Gales no podía incumplir al evento, ya que guardia una estrecha amistad con la pareja de recién casados. Por un costado, con Rose Farquhar, conocida por su décimo en la traducción inglesa de La Voz, mantuvo un breve cortejo, y por otro, la clan de George Gemmel está muy unida a los Windsor. Aunque su romance no llegó a buen puerto, han sabido conservar el cariño y suelen estar presentes en los días más importantes de la vida del otro. Por ello, no es de maravillar que Rose igualmente fuese invitada a los enlaces de Guillermo y Kate en 2011 y al del príncipe Harry y Meghan Markle en mayo de 2018.
George Gemmel y Rose Farquhar, los recién casados 
Esta Navidad será muy distinta al resto en casa de los Windsor. Por un costado, estará marcada por la abandono de Isabel II. De hecho, Carlos III será el encargado de dar, por primera vez, el tradicional discurso a la nación. De la misma forma, y como viene siendo costumbre, la clan actual pasará las fiestas en Sandringham, donde sus miembros realizarán un intercambio de regalos y acudirán al servicio religioso la mañana del 25 de diciembre. Por otro costado, los duques de Sussex se quedarán en Estados Unidos, su espacio de residencia, como viene siendo costumbre desde que se mudaron a California.
La clan actual británica en el concierto de villancicos organizado por Kate Middleton el pasado jueves 
Y es que si poco marcará estas Navidades, es la polémica. Cerca de recapacitar que en la segunda entrega de la docuserie de Enrique y Meghan llegó a Netflix el pasado viernes, y que de ella ha llamado la atención las duras acusaciones que el príncipe Enrique ha basura en contra del príncipe Guillermo, con quien asegura que tuvo un tenso enfrentamiento durante la cumbre de Sandringham. "Fue desgarrador ver a mi hermano gritándome", declaraba el duque de Sussex. Unas palabras que demuestran la tensión que existe en estos momentos entre los dos hermanos.
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