Hoy me ha sucedido una de las cosas más surrealistas desde que me dedico a esta bonita profesión de contar telediario al mundo. Como cada miércoles, me he despertado temprano para ver las portadas de las revistas del corazón y cómo se presentaba el día en nuestra sección cuando vi las telediario de la separación de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, en la revista ¡Hola!, y del gestación de Cristina Pedroche en Lecturas. Hasta aquí todo relativamente frecuente, más allá de los dos bombazos, aunque el primero era poco relativamente esperado a tener de los últimos movimientos de la pareja.
Portada de Lecturas.
Lo que en realidad me dejó perplejo es hacer un tuit sobre los temas del día y que la respuesta fuera mayoritariamente con sorna para hacerme ver que era muy pardillo por ocurrir caído en las inocentadas de ambas publicaciones, a pesar de que las telediario que dan ocupan toda su portada.
Una luz de emergencia se encendió automáticamente en mi interior: ¿Tan mal está el oficio, el sector rosa, que damos por hecho que unas revistas pueden hacer broma de un gestación y una separación, y esto nos tiene que hacer ocurrencia?
Portada de ¡Hola!
Las inocentadas en los medios de comunicación son una tradición desde hace muchos primaveras, si admisiblemente es cierto que por su compromiso hay unos pactos no escritos sobre de qué tipo de comunicación se puede hacer broma y cómo hay que introducirla en la dinámica de los medios, si hablamos de diarios y revistas, en la vida como comunicación destacada de portada. De ahí que me parezca tan repulsivo que, no solo demos por hecho que cualquier información puede ser objeta de fake, sino que nos divierta o, mucho peor, que ya falta nos extrañe.
Esto explicaría que en el día de un día del periodista se haya prohijado como poco frecuente brindar gran parte de nuestra marcha gremial a desmentir telediario, en detrimento de darlas. Una pena.
En 2018 Pedroche se decantó por dos diseños de Hervé Moreau
El caso de Pedroche es para ingerir a parte. La filtración interesada de su gestación, venga de quien venga, es un auténtico puntazo en cuanto a logística de marketing para que este año las Campanadas de Antena 3 arrasen en audiencia. Media España irresoluto del vestido de la colaboradora, y la otra media esperando la confirmación oficial de la buena nueva en un espacio de cinco o diez minutos.
Los responsables de Atresmedia se irán esta incertidumbre de after mientras algunos periodistas intentamos hacer ver al leyente que no todo vale en esta profesión mientras nos miran extrañados, ríen divertidos, y nos cuelgan una llufa superhombre. El mundo al revés.
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