Venga, vamos a hacer un poco de fútbol ficción. ¿Qué habría pasado si en un momento de sus carreras profesionales Lionel Messi y Louis van Gaal hubieran coincidido en un vestuario como atleta y como preparador? ¿Le habría ocurrido al argentino como a Rivaldo? ¿El despótico holandés le habría condenado como un poste a la facción, como pasó con el brasileño? ¿O habría dejado que tuviera desenvolvimiento de movimientos como ningún otro futbolista bajo las órdenes de Van Gaal?
Nunca lo sabremos porque el extécnico del Barça pasa de los 70 primaveras y está a punto de colgar la pizarra y porque a Leo siquiera le queda mucho carrete ayer de arrinconar las botas. Pero lo que es probable es que su relación, si se hubiera cubo, habría hecho pasar ríos de tinta porque el punta, como todos los genios, nunca ha sido tratable de admitir y porque el preparador no se ha caracterizado en la vida por su flexibilidad. Cuando Van Gaal abandonó el Barcelona en su segunda etapa Messi ya estaba en el fútbol cojín pero aún era un peque.
Lionel Messi 
Uno y otro se encuentran en la última campaña de mérito de su carrera profesional
Han sido rivales, como en las semifinales de Brasil 2014 (triunfo argentino en los penaltis) y lo volverán a ser este viernes en cuartos de final en Qatar. Uno y otro en su última gran delegación. El 10 para seguir alimentando su sueño de marcharse por la puerta magnate y tirando del carro de un equipo que marcha a trompicones, con sufrimiento, entre sus esperanzas y sus fantasmas. El preparador para agrandar un curriculum del que solía presumir a finales del siglo XX pero que decayó en sus primaveras otoñales.
Los dos tienen su carácter, más introvertido el de Leo y más altisonante el de Louis, pero se les ve disfrutando como nunca de esta campaña mundialista. Messi siendo más consciente de que ha de sorber hasta la última chispa de su vida en la élite. Van Gaal reinventándose, recogiendo elogios, construyendo otra selección ‘oranje’ (menos académica y más pragmática) y hasta bailando en su regreso al hotel para celebrar su clasificación contra Estados Unidos. Uno y otro querrán sentar cátedra.
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