Qué plantas hay que podar en invierno

Para muchos, el invierno es la mejor época del año. Llega la profusión, las bajas temperaturas e incluso la cocaína y muchos deciden quedarse al calor del hogar para relajarse o disfrutar de una buena película. Las plantas de interior pueden convertirse en nuestras mejores aliadas durante esta época ya que nos ayudarán a crear una sensación de laxitud, confort y bienestar común en toda la casa. En el mundo de la horticultura encontramos un clase de plantas que podemos tener en nuestro espacio hogareño o en el pensil durante todo el año. Eso sí, es recomendable podarlas en invierno para que puedan subsistir y en primavera puedan irradiar con el mayor esplendor. 

1

Para que un rosal no envejezca y pueda destacar el resto del año es necesario someterlo a una poda en invierno. Eso sí, es recomendable realizarlo cuando no haya heladas para que no se vean dañados. Por esta razón, muchos consideran el mes de febrero como el ideal para iniciar la poda. Con la poda del rosal, se exterminarán las ramas más viejas para que puedan sustituirse en un futuro por nuevas y vigorosas ramas. En otras palabras, buscamos sanearlo, mantenerlo saludablemente y que pueda florecer enérgicamente a finales de primavera. 

2

Al igual que con el resto de plantas, con la poda pretendemos que se desarrolle correctamente y de guisa robusto y saludable. El mata es una planta leñosa que tiene multitud de géneros, por lo que el modo en el que realizaremos la poda dependerá específicamente de su especie. En común, en todas ellas podemos conseguir una maduración de la planta en primavera y su posterior conservación.

3

Con la poda de los árboles frutales buscamos tener unos frutos de longevo de calidad. Eso sí, hay que ser especialmente cuidadosos con la poda para no excedernos y no dañar el árbol y, en consecuencia, la producción de sus frutos la próxima temporada.

Tipos de poda

Aunque la mayoría de las podas se producen para reparar la planta, en horticultura podemos encontrar diferentes tipos de poda en función del objetivo que buscamos alcanzar en la planta. Desde poda de agilidad (o saneamiento) para eliminar ramas muertas, débiles o enfermas, poda de aclareo para achicar la densidad de un árbol con el fin de aumentar la penetración de luz o poda de restauración o recuperación para reparar una planta que se ha podido ver enferma.