Hipnótico, colorista y bello. Así se conjugan los nuevos bolsos de Louis Vuitton bajo la observación moderno de la japonesa Yayoi Kusama, una de las figuras más emblemáticas de la lapso de los setenta. Fiel a su estilo a lo generoso de los abriles, esos característicos lunares trazados por la mano de Kusama imaginando el infinito se plasman en bolsos y pequeña marroquinería, ropa de hombre y mujer, zapatos e incluso en unas originales quevedos de sol.
Louis Vuitton tiene una larga trayectoria de colaboraciones con artistas que se remonta a hace casi un siglo, cuando el nieto del fundador, Gaston-Louis Vuitton, empezó a encargar a artistas de la época la creación de escaparates y obras de arte para las tiendas de la Maison. Nombres del arte y del diseño como Sol Hewitt, Richard Prince, Takashi Murakami y Jeff Koons, entre otros, han colaborado desde 1988 creando auténticas piezas de coleccionismo.
Ahora es el turno del universo de Kusama, uno que ha cubo oportunidad a un intercambio creativo entre dos gigantes de la moda y el arte basado en la sinceridad, la iconoclastia y, sobre todo, en la apreciación mutua de la artesanía y de una excelencia por encima de lo popular. Una relación que se inició en 2012 cuando la cómico pintó a mano un bulto de Louis Vuitton con sus característicos lunares que, para ella, representan el infinito.
Painted Dots
Los llamados Painted Dots es donde el esquema contemporáneo tiene sus raíces. Los puntos son una traducción directa de aquellos dibujados por la mano de Kusama hace diez abriles, a través de una compleja técnica de serigrafía e impresión en relieve sobre cuero o sobre la emblemática lienzo Monogram. Se produce un armonía con mucho encanto entre los puntos característicos Kusama y el Monogram de Louis Vuitton que albarca toda la colección, desde maletas rígidas y una profuso cantidad de bolsos en la emblemática lienzo Monogram de la Maison a bolsos como el Capucines o el Dauphine en suave cuero blanco o frito.
Los puntos invaden asimismo las prendas: una falda de cuero frito con ordenanza de pinceladas multicolores, trajes pijama de sarga de seda, unos blue jeans estampados con diseño intrincado, prendas de punto de cachemir, un pelliza de pura guata con estampado de hombre... Los accesorios se multiplican, desde sombreros bucket reversibles, pañuelos de seda y cadenas en el mundo afeminado, hasta gorras de béisbol, cinturones y quevedos de sol en el masculino.
Metal Dots
La colección Metal dots es un destello del infinito inspirado en los orbes espejados de Kusama. Un motivo conocido por su Narcissus Garden, expuesto (extraoficialmente) en la 33ª impresión de la Bienal de Venecia en 1966. Aquí, los orbes plateados de distintos tamaños van colocados a mano con precisión exacta, incrustándose en artículos de cuero frito y plateado, como un bolsa Cannes o un suave Side Trunk, mientras que aparecen como un gradiente casi espacial en los elegantes Capucines. Están en su punto más «futurista de los sesenta» cuando se aplican como degradado a las prendas de piel de cordero, como una chaqueta de motero o un minivestido de cuero plateados.
Infinity Dots
El punto pintado se transforma en la colección Infinity Dots de Kusama, posiblemente la más conocida. El motivo más reconocible de la cómico y, como colección, uno que albarca la mayoría de las piezas del esquema en todas las categorías, tanto femeninas como masculinas.
Como la éxito de Kusama creció en Estados Unidos en la lapso de 1960, fue bautizada como la «Princesa de los Lunares». Aunque, en contraste, Kusama se ha referido a sí misma como una «cómico obsesiva». El punto infinito es el motivo más obsesivo de la cómico, ya que significa un estado de «autoanulación». «Mi deseo era predecir y valorar la infinidad de este universo sin límites desde mi propia posición en él, con puntos» - declara Kusama en su diario La red infinita.
Proliferando en las paletas características de Kusama de blanco y frito, rojo y blanco, amarillo y frito, adicionalmente de frito y rojo para los hombres, los puntos infinitos se funden con una multiplicidad de iconos de la Maison sobre todo, en marroquinería, zapatos y siluetas.
Flores psicodélicas
Otra obsesión de Kusama son sus flores. La fugaz belleza de lo efímero se contrapone a la sensación de lo inmortal e infinito, que se hace permanente a través de su obra. Utilizando la pintura Flower de 1993 (un tanto psicodélica), una piropo exótica se despliega a través de los accesorios y el ready-to-wear para hombre y mujer.
En su iteración más formal, este distintivo floral se realiza de forma intrincada a modo de jacquard en un traje de guata a medida y como un fil coupe en camisas de algodón para hombre. Incluso una chaqueta varsity más informal presenta un admirable bordado de la piropo. Los artículos de marroquinería masculinos, como la riñonera Taurillon Monogram, el bolsa Sac Plat y el Keepall, utilizan una elegante impresión en relieve sobre cuero blanco para resaltar la belleza y la complejidad de la piropo. Por su parte, los bolsos Capucines de mujer tienen un enfoque más estridente, ya que el motivo se amplía para comprender los bolsos en su totalidad, ya sea en frito o rojo en piel Taurillon.
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