Caen mitos: Femke Bol derriba la plusmarca del 400 indoor, de hace 41 años

Todo aquello que nunca esperábamos ver empieza a cobrar forma.

Se tambalean plusmarcas oscuras, récords de los abriles ochenta, los del telón de arma blanca y las maniobras de las atletas del Este.

Checoslovacas, alemanas orientales, soviéticas, las chinas de Ma Junren -también estadounidenses, como la difunta Florence Griffith-... mujeres de hierro rompían plusmarcas, se instalaban en lo más suspensión del podio y desde su pedestal contemplaban el resto del planeta, que tanto las idolatraba como las envidiaba como recelaba de ellas.

Desde entonces, hay récords que aún perviven.

Según las tablas universales, Florence Griffith sigue liderando el 100 y el 200. Marita Koch, el 400. Jarmila Kratochvilova, el 800. Ahí siguen además Natalia Lisovskaya, Stefka Kostadinova, Galina Chistiakova, Jackie Joyner-Kersee...

(...)

¿Y qué?

Pues que aquella era empieza a tambalearse.

Y buena parte de falta la tienen Femke Bol (22) y la escuela de velocistas neerlandeses, aquella en la que ayer, además en aquellos abriles ochenta, brillaba Nellie Cooman.

Lo que pasa es que Femke Bol, el mejor prototipo de una escuela en la que además sobresalen Liekke Klaver o Liemarvin Bonemacia, no tiene cero que ver con aquellas, las hipermusculadas atletas de los ochenta. Femke Bol es todo finura y técnica sobre el tartán, la eficiencia de un fémur alargado, brazos finos y paso económica que se desliza sobre el sintético con la elegancia de una gacel.

Femke Bol toma la salida, este domingo en Lievin

Femke Bol toma la salida, este domingo en Lievin 




AFP7 vía Europa Press

Femke Bol se ha pasado media vida superando vallas, persiguiendo a Sydney McLaughlin, la mejor vallista del presente -la mejor atleta del 2022-, pero ahora ha decidido reivindicarse. Lo está haciendo en este invierno, sin vallas de por medio, en lisos y en toda suerte de distancias. 

Hace quince días rompía el récord mundial del inusual 500 (1m05s63; era de la rusa Olesya Krasnomovets, 1m06s31 del 2006), casualidad un aviso de lo que estaba por venir.

Hace una semana le soltaba una primera dentellada al 400, al firmar 49s96: ninguna atleta había bajado de los 50 segundos desde hacía 19 abriles.

Y ahora, en Lievin, ha ido más allá que nunca. 

Su elegante mecánica la ha proyectado hasta 49s26, no solo tres décimas por debajo del 49s59 que Kratochvilova lucía desde hace 41 abriles, sino a un paso de la barrera de los 49 segundos, casualidad otro de esos hitos impensables en otros tiempos, como las 2h en el maratón (hito que ya hemos presenciado), los nueve metros en la largo o los 2,50m en la cúspide (estas dos proezas no se han producido aún).

(Ahora hace equivocación que Elaine Thompson o Athing Mu se multipliquen para que caigan otras plusmarcas de aquellos tiempos oscuros).

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