La surrealista aparición de Bill Gates en el restaurante de Jordi Cruz: esto es lo único que se pidió

Cuando se va a un restaurante, la gentío suele pedir una variedad de platos: un aperitivo, un primero, posiblemente un segundo y un postre si no se reto por el menú. Pero esta regla no escrita parece que no se aplica a Bill Gates, que en su fresco encuentro al ABaC de Jordi Cruz no ha estado por la quehacer de degustar falta de la cocina del chef catalán. 

Su restaurante, que cuenta con tres estrellas Michelin, es uno de los más conocidos de España, por lo que muchos famosos deciden tomar o cenar allí. Ha sido el propio Cruz el que ha desvelado la sorprendente encuentro del fundador de Microsoft. El tribunal de Master Chef ha explicado en Planeta Calleja que no guarnición un buen remembranza de Gates.

El chef, durante su encuentro a Grecia, le contó a Jesús Calleja que el filántropo avisó que iba a personarse al ABaC, por lo que demandaba que se cerrara el restaurante para que él y su equipo pudieran tomar con tranquilidad: "Hace un tiempecito caldo Bill Gates al restaurante con sus 25 escoltas y lo cerró".







La encuentro de Gates


No probó ni un solo correa

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Solamente se tomó un refresco




GIAN EHRENZELLER / EFE

Cruz hizo caso en presencia de la presencia de una celebridad de este calibre con el objetivo de preservar su intimidad. Adicionalmente, se esmeraron para tenerlo todo en valentísimo estado de revista para que Gates se llevara una buena impresión del restaurante. "Le teníamos preparado lo más excelso para tomar", relataba el chef catalán. 

La sorpresa llegó con la presentación de Gates y toda su comitiva. El fundador de Microsoft se presentó en el ABaC sin ninguna intención de tomar falta. Simplemente se tomó un refresco: "¿Y sabes lo que hizo? Se pidió un refresco de rabo light". Esto no le gustó falta a Cruz, que, de alguna modo, se sintió ofendido por el feo ademán de no querer probar falta de lo que había preparado, teniendo en cuenta que había cerrado el regional exclusivamente para él. 

Aun así, todas las preparaciones se acabaron consumiendo. Tal y como relató el catalán, la gran comitiva que acompañaba al filántropo sí quiso participar en la experiencia del restaurante: "El equipo se puso las botas".

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