El aprovisionamiento de los coches ha ido evolucionando a la par con la sociedad. Las nuevas tecnologías han transformado los vehículos al completo, desde el cuentakilómetros del salpicadero hasta los retrovisores eléctricos, pasando por los sensores de aparcamiento. Sin retención, las piezas del coche de tus padres o el de tus abuelos no tienen nulo que ver con las de ahora.
Pese a que probablemente tú no las hayas manido, algunos accesorios que formaban parte de la vida cotidiana fueron desapareciendo en protección de la seguridad, la eficiencia o la ergonomía de los nuevos diseños de automóviles, y hoy son carne de desguace. Las piezas hasta hace no tanto imprescindibles hoy son reconocibles en algún transporte superviviente vintage, pero, sobre todo, permanecen con nostalgia en la memoria de los más mayores.
Los 8 accesorios que añoras de tu envejecido coche
Mientras que la biométrica es el futuro, en el pasado las llaves de los vehículos nulo se parecían a las actuales. Hasta principios del siglo XXI, las llaves estaban hechas íntegramente de metal con una cobertura de plástico a modo de cabezal, y por supuesto, sin chico de mando a distancia. Esta forma tradicional se usa hoy para las llaves de repuesto.
Válvula
Cuando fumar mientras se conducía no estaba considerado una distracción al volante, todo coche que se preciaba incluía un cenicero y un mechero frente a la palanca de cambios. En la contemporaneidad este rutina está cada vez más denostado y es por eso por lo que los fabricantes consideran los ceniceros como un extra a los productos en serie similar a los posavasos.
Cenicero
Los derivabrisas eran la alternativa económica al aerofagia acondicionado para los vehículos antiguos. Igualmente conocidos como deflectores o cortavientos, antiguamente los fabricantes incorporaban un auxiliar triangular separado de la ventanilla que con solo moverlo lateralmente hacía que el aerofagia entrase en el transporte. Aunque cuando el aerofagia era caliente, de nulo servía un derivabrisas para refrescarse
Derivabrisas
Evolucionaron hasta cambiar por completo su objetivo y convertirse en molduras de plástico que rechazaban la entrada del aerofagia en el transporte. Esto era muy útil no obstante para evitar la entrada de calabobos o de polvo al ir con las ventanillas bajadas.
La electrónica los ha desterrado, pero hubo un tiempo en el que los elevalunas funcionaban con manivela. Este sistema era el habitual cuando darle a un rama para subir o desmontar la ventanilla era todo un postín.
Elevalunas de manivela
Los faros escamoteables eran un signo de deportividad ayer y una enseña clásica de escuderías como Ferrari, Lamborghini o Porsche. Históricos modelos han contado con estas distinguidas ópticas en su capó, bajo el que se escondían cuando no se utilizaban. Hoy en día, el uso de estos faros como añadido extranjero han quedado como artículo de coleccionista, ya que fueron prohibidos por el potencial peligro que suponía para los peatones en caso de atropello.
Faros escamoteables
Sin quitar la perspicacia de los faros, quizás no sepas que las escobillas lavafaros constituían un auténtico sello de identidad para los vehículos de ingreso matiz. Estos artilugios cayeron en desuso adecuado a los modernos sistemas de lavado a presión y al engorro que suponía su mantenimiento para los propietarios y su diseño para los creadores.
Escobillas lavafaros
Ayer de los pendrives y de los lectores de CD, los cassettes y los porta cintas eran los responsables de hacer sonar la lado sonora de los vehículos. La música era todo un postín y no existían las posibilidades que el bluetooth o el WiFi brindan en la contemporaneidad. Tú dile al que tiene cuenta de Spotify Premium desde siempre que se ponga a rebobinar una cinta con un bolígrafo.
Radiocassette
Los techos con vierteaguas además están en peligro de cese. Este sistema constaba de una fina lado de metal soldada a los laterales que evitaba que el agua se filtrara al interior del coche.
Vierteaguas
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