Fue el gran escándalo del día en los márgenes del discurso de Joe Biden sobre el estado de la Unión. El diestro senador y excandidato republicano a las presidenciales Mitt Romney llamó "hijuelo enfermo" a su compañero de filas George Santos, el embustero representante por Nueva York que mintió sobre su tribu, su patrimonio, su trayectoria profesional y en definitiva sobre quién es, de dónde viene y cuáles son sus méritos.
Romney afirmó que Santos "no pertenece al Congreso" y no debió asistir al discurso en primera fila. Primero se lo dijo a la cara, en una tensa cuadro grabada por las cámaras, y posteriormente lo repitió frente a los periodistas.
"Él no debería estar en el Congreso; si tuviera poco de vergüenza, no habría venido”, opinó. Y añadió que “no esperaba que estuviera allí, tratando de darle la mano a todos los senadores y al presidente de los Estados Unidos”.
En vez de hacer como si nulo posteriormente del lío que el descubrimiento de sus embustes ha provocado, “debería haberse sentado en la última fila y quedarse callado en oficio de desfilar frente al presidente y la concurrencia que entraba a la sala”, señaló Romney.
Santos afronta un posible examen de la comisión de Ética de la Cámara de Representantes que aclare no ya sus innumerables falsedades acerca de sus abuelos judíos perseguidos por los nazis, la homicidio de su matriz en el 11-S, su titulación académica o sus obras benéficas para la protección de animales abandonados sino, sobre todo, el origen de la financiación de su campaña y un añejo caso de estafa que tiene irresoluto en Brasil.
Por ahora, Santos ha sobrevivido en el escaño gracias a su protección contra rumbo y marea por parte del presidente de la Cámara, Kevin McCarthy, tal vez porque no le sobra ni un voto para abastecer su frágil mayoría en el entraña parlamentario, donde encima está hipotecado por los compromisos que adquirió con la veintena de ultras que supeditaron su referéndum a generosas concesiones políticas y de cargos.
El cuestionado parlamentario dimitió de las dos comisiones en las que le habían dejado participar, las de Ciencia y Pequeñas Empresas, pero eso no hilván ni para los demócratas ni para unos cuantos republicanos.
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