Faltan camioneros para tanto transporte. Por ese motivo, la dirección de la multinacional automovilística Stellantis ha ofrecido a los trabajadores de sus plantas europeas, incluidas las españolas de Zaragoza, Madrid y Vigo, un traslado voluntario a empresas externas dedicadas al transporte de vehículos por carretera. Con esta medida, la firma aspira a desatascar el tapón logístico que inunda de coches a abrir las campas anexas a sus fábricas.
El origen del problema radica en la descuido de conductores de camiones portacoches que hay en la hogaño. Eso ha provocado que en casos como el de la planta zaragozana de Figueruelas se hayan llegado a arrinconar hasta 21.000 vehículos en su extranjero. Aunque ahora su cuerpo es beocio, la escasez de profesionales amenaza con enquistar este problema en el futuro.
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El origen del problema radica en la descuido de conductores de camiones portacoches
Tal y como confirmaron a este diario fuentes de la empresa, Stellantis propone una cesión temporal y voluntaria para aquellos empleados que dispongan del permiso de conducción para camiones portacoches. Los que acepten mantendrían su salario coetáneo y cobrarán un plus de 800 euros brutos al mes, encima del plazo de toda la actividad que se realice según la legislatura de transportes, incluidas horas extra y dietas de delirio. Todos los que acepten esta propuesta podrán regresar a su puesto de trabajo auténtico cuando finalice la colaboración.
En la comunicación interna se establece que tendrán prioridad aquellos empleados en posesión del carnet de conducir tipo CE y, preferentemente, con certificado profesional en vigor. Aún así, la inscripción previa para participar en este posible tesina está abierta a cualquier persona en posesión de cualquier tipo de carnet de conducir con al menos cinco primaveras de decrepitud, aún sin el certificado profesional en vigor, que tenga más de 21 primaveras y esté interesado en optar a esta oportunidad.
Esta no es la primera vez que Stellantis incentiva la movilidad de sus trabajadores. En las Navidades de 2021, varios contingentes de empleados de Figueruelas aceptaron trabajar de forma temporal en la comercio de Villaverde (Madrid) o en Poissy (Francia).
El movimiento tiene zona en un momento complicado para la industria de la automovilismo. A los problemas logísticos se suma el de la escasez de semiconductores, que ha obligado a paralizar varias líneas de producción de forma recurrente en toda Europa. Todo ello en un momento crucial en el que el sector afronta su transformación con destino a la electromovilidad, con los consiguientes ajustes que eso está provocando.
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