Una testigo del caso Alves declaró a la juez "si sé que es un baño, mi amiga no entra"

El viernes pasado declararon en una sala habilitada de la Ciutat de la Justícia ocho personas, testigos, que de una forma u otra habían interactuado con Dani Alves y la muchacho de 23 abriles que lo denunció dos día a posteriori de violación en un baño del reservado de la discoteca Sutton de Barcelona, el 30 de diciembre. Declaraciones todas importantes para la defensa y la cargo, aunque no junto a duda del peso que tienen para apurar de hacer la fotografía de lo que ocurrió aquella amanecer lo que contaron las dos jóvenes que acompañaban a la víctima, una prima y una amiga. Tres buenas amigas que aquella tinieblas cenaron en casa de una de ellas, y que aunque no tenían previsto salir porque su idea era estar juntas y ponerse al día, se vinieron en lo alto, pasaron primero por un bar musical y allí les dieron la pulsera de comunicación de balde al Sutton. Una de las dos acompañantes, la amiga, ratificó las palabras que en su momento ya ofreció a los Mossos d'Esquadra de la Dispositivo Central de Agresiones Sexuales (UCAS) pero dijo poco más a preguntas de las partes: "Si yo llego a aprender que aquello es un baño, mi amiga no entra".









La frase que repitió insistentemente la víctima tras la presunta embestida sexual


Y lo relató emocionada y en algunos momentos llorando, de enojo y de impotencia, unos sentimientos a los que en las últimas semanas se han enfrentado las dos acompañantes porqe sienten que estaba allí con su amiga, en ese reservado del Sutton, y no pudieron hacer nadie por evitar lo que la víctima les contó a posteriori: que fue violada con violencia y por la fuerza. Fuente al corriente de la investigación sumarial aseguraron este fin de semana La Vanguarida que las dos acompañantes insistieron a preguntas de la fiscal, el ilustrado de la defensa de Dani Alves, Cristóbal Martell, y la abogada de la víctima, Ester García, que ninguna de las tres sabía que aquella puerta conducía a  un baño exclusivo del reservado. Que no vieron ningú cartel que indicara que eran los lavabos. De hecho no lo hay. Y que pensaron, y así lo declaró la amiga, que aquella puerta conducía al exógeno de la sala, a una especie de salida de emergencia donde poder fumar. De hecho, esta misma refrendador detalló como se ahusentó del reservado para ir al baño que hay en el tierra inferior, cercano a la pista de ballet normal. "De qué me salgo del reservado y hago una nalgas para apurar en un baño abarrotado y abandonado, si llego a aprender que hay uno exclusivo y libre en la zona en la que estoy. No lo sabíamos", dijo.

Esta misma muchacho telefoneó aquella amanecer a su dirigente, el responsable de un despacho de abogados de Barcelona con el que tiene confianza. Una señal para pedir consejo en el que le contó lo que les había sucedido con el tahúr de fútbol Dani Alves y lo que los graves hechos que le había relatado su amiga. El hombre la atendió, le recomendó que lo que tenía que hacer en ese instante era atender a su amiga y aplazó la conversación importante para el día venidero. Este abogado declaró igualmente el viernes en la Ciutat de la Justícia, en calidad de refrendador, y aunque no estuvo en el Sutton, si recibió ese relato de la compañero de la víctima. 

A picture taken on January 23, 2023 shows a view of Sutton nightclub, located in Barcelona's upmarket Sant Gervasi-Galvany district. - A Spanish court on January 20, 2023 ordered Brazil's defender Dani Alves to be held in custody without bail after he was arrested in Barcelona on allegations he sexually assaulted a woman. A Barcelona judge took the step after questioning the 39-year-old player regarding

Llegada principal a la discoteca Sutton de Barcelona                   




JOSEP LAGO / AFP

La UCAS cita esa señal telefónica en su atestado porque al final se tráfico, a juico de las investigadoras, de añadir un hábitat más que ayuda a entender mejor el comportamiento de la víctima los momentos posteriores a la presunta violación y en los que mantuvo una coherencia de relato que no ha variado hasta el día de hoy. Por otra parte de la angustia, el ataque de ansiedad y el llorera desconsolado que llegaron a bloquearla en los primeros minutos, cuando le costó verbalizar al dirigente de sala lo que le había sucedido, la muchacho repetía una y otra vez: "No me van a creer. No me van a creer". 

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