El tribunal mercantil de primera instancia número 6 de Lleida ha perdonado una deuda de 29.748,57 euros que había acumulado un hostelero de Tàrrega. A causa del estado de aviso y a las restricciones por la pandemia del covid-19, el establecimiento hotelero estuvo cerrado durante mucho tiempo y sufrió graves consecuencias económicas. Llegó a un punto en el que el propietario no pudo contraer los préstamos que había pedido.
En el coche, el enjuiciador señala que durante el procedimiento no se presentó ninguna competición a la conclusión del concurso, a la rendición de cuentas ni a la exoneración del pasivo insatisfecho (EPI) sin plan de pagos.
Su situación económica le obligó a acogerse a la Ley de la Segona Oportunitat
De este modo, la situación económica no le permitió afrontar el pasivo insatisfecho, ya que solo recibía una salario víctima que provenía de la sociedad afectada. Adicionalmente, sus familiares le habían ayudado económicamente por subsidio, por lo que tuvo que acogerse a la Ley de la Segona Oportunitat.
La abogada y socia fundadora de Bergadà Associats, Marta Bergadà, señala que durante la pandemia del coronavirus muchos empresarios y autónomos llegaron a una situación remate que, actualmente, “todavía continúan arrastrando en forma de mochila de deudas”.
Por ese motivo, se vio obligado a acogerse a la ley de la Segunda Oportunidad, cedido que se encontraba extinguido por la situación económica y no tenía forma de tirar alrededor de delante, según explica la letrada.
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