Así ha cambiado Carla Bruni, la modelo que no creía en la monogamia y que desprecia la cirugía estética

Carla Bruni no cree en la monogamia o, al menos, no creía hace más de una plazo. Lo confesó a la revista de moda francesa Madame Figaro un año antiguamente de casarse con el ex presidente de la República Francesa Nicolas Sarkozy, con quien lleva 14 primaveras en un consolidado y duradero bodorrio.

Nacida en Turín (Italia), es hija de la pianista y actriz Marisa Borinim y del magnate Alberto Bruni-Tedeschi. Tiene dos hermanos, Valeria Bruni. que es directora de cine, y el viejo, Virginio, con el que vivió una verdadera tragedia emparentado cuando falleció en 2006 víctima del sida.

Supermodelo de los 90

Aunque para muchos Carla Bruni es recordada por su forma como cantante, la italiana se inició en el mundo de la moda. Ocurrió en el año 1987, con tan solo 20 primaveras, a posteriori de que su grupo se trasladara desde Italia a París. Su belleza singular la llevó a formar parte del exclusivo club de las supermodelos de los noventa contiguo a Claudia Schiffer, Cindy Crawford, Naomi Campbell o Linda Evangelista, entre otras.

Desfiló para firmas tan reputadas como Chanel, Versace o Givenchy y fue retratada por prestigiosos fotógrafos de moda. Uno de sus retratos más recordados –y más polémicos- fue una fotografía desnuda en blanco y desventurado que le hizo Michel Comte en 1993 para percibir fondos en la lucha contra el sida. El alboroto se produjo a raíz de su nominación como primera dama y lo supuestamente inapropiado que les resultaba a los sectores más conservadores.

Su etapa en la moda se terminó en los primaveras 2000 en el momento en el que decidió dedicarse de pleno en su forma musical, unos primaveras antiguamente de contraer bodorrio con Nicolas Sarkozy, con grandes éxitos como el Quelqu’un m’ha dit. Una italiana recitando en francés. Carla Bruni es para los franceses la viva imagen de una parisina –sin serlo de verdad, poco doblemente meritorio- con un estilo elegante, sencillo y discreto.

Ayer de casarse con Sarkozy, un bodorrio “milagroso”, confesó que la monogamia le aburría. Dijo serlo “de vez en cuando” y “preferir la poligamia y la pilandria”. En 2007 conoció a su futuro marido y en el 2008 se casó con él. Poco tardaron en tacharla de interesada por casarse con un hombre con tanto poder. A la nueva primera dama francesa poco le importó.

Durante el periodo en el que duró la presidencia, Bruni tuvo que arrinconar su carrera musical para dedicarse a cuidar de los hijos que vendrían y convertirse en la cara visible de Francia en todos los actos públicos.

En 2017 retomó su carrera, tras el fin de la etapa de Sarkozy como Presidente, con el extensión de un disco cuyo nombre respondía al de French Touch. Incluso regresó a la industria de la moda protagonizando numerosas portadas, entre ellas la de Vogue París, y participando en campañas de moda de Dolce&Gabbana o Bvlgari. 

En el homenaje a Gianni Versace que organizó su hermana Donatella en el 20 aniversario de su asesinato, volvió a subirse a la pasarela con compañeras de profesión como Naomi Campbell, Cindy Crawford o Claudia Schiffer.

Un "no" a los retoques

La huella del tiempo es preciso y los primaveras pasan relación, además para Bruni. Pero no se esconde y a sus 54 primaveras ha asegurado cada vez que le han preguntado que no se ha sometido a ninguna operación estética. 

“¿Para tener un aspecto raro? No. No quiero retornar a parecer aquella pollo que un día fui. Creo que es mejor hacer honor a la belleza, como canta mi amigo Jean-Louis Murat”.

Carla Bruni en una imagen compartida en sus redes sociales sin maquillaje

Carla Bruni en una imagen compartida en sus redes sociales sin maquillaje

Instagram @carlabruniofficial

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