Cómo protegernos ante el sol: consejos para usar el fotoprotector y retrasar el envejecimiento

Tomar el sol es necesario, pero con precaución. Entre otras cosas, para perseverar unos niveles adecuados de vitamina D. Según la OMS, en términos generales, se recomienda una exposición unos 20 minutos al día, no obstante ésta depende de diferentes factores como la época del año, la hora del día, la vastedad, la nivel, el fototipo cutáneo y la antigüedad de la persona. Más allá de esa cantidad y, sobre todo en estaciones como el verano y a las horas más cercanas al mediodía, puede resultar perjudicial para la nuestra piel. De hecho, la piel morena es el resultado de una reacción producida por el cuerpo como defensa delante la radiación.

Al exponer la piel al sol, los melanocitos, que son las células que se encargan de la protección de los rayos solares, generan melanina a modo de escudo, oscureciendo así la piel. Se prostitución de una respuesta biológica a la excesiva radiación ultravioleta.

Fotoenvejecimiento

El sol daña estructuras como el colágeno, incrementando la aparición de arrugas y manchas en la piel

Esta respuesta provoca mutaciones en el ADN que pueden ser peligrosas, pudiendo incluso durar a crear carcinomas o cáncer de piel. Por otra parte de dañar otras estructuras como el colágeno, incrementando exponencialmente la aparición de arrugas y manchas en la piel. Es lo que se conoce como fotoenvejecimiento.

Es por ello por lo que evitar que la radiación penetre en la tez es tan importante, tanto para la sanidad como para brillar una piel bonita, cuidada y señorita durante muchos más primaveras. Por eso uno de los mejores aliados es el protector solar, mejor si contiene un SPF de 50, es asegurar, que mantenga la protección durante más tiempo. 

Crema de sol en el brazo

Crema de sol en el rama

Getty Images/iStockphoto

El fotoprotector es un pájaro esencia y uno de los mejores (por no asegurar el mejor) aliados para eludir el envejecimiento prematuro de la piel, retrasándolo hasta un 80%, según confirman los dermatólogos.

A veces surgen dudas de cuál puede ser el mejor. El siglas SPF indica el número de protección solar y el número que le sigue un indicador típico de los minutos que el producto protege. Es asegurar, ese índice aumenta en ese número de veces el tiempo en que una persona puede permanecer al sol sin quemarse. Si tarda 10 minutos en ponerse roja, con un SPF 50 pasarían 500 minutos antaño de que le afectara, aunque es aconsejable utilizarlo con más frecuencia en los días de sol más intenso. Es asegurar, los productos con un índice último protegen igual, pero durante menos tiempo. 

La Corporación Española de Dermatología y Venereología recuerda siempre que, aunque es uno de los utensilios que más nos pueden proteger frente al sol, los fotoprotectores nunca deben considerarse un procedimiento sin riesgos. En cuanto a su uso, destaca que deben aplicarse 15 minutos antaño de la exposición solar, repitiendo cada 2 o 4 horas. La cantidad aconsejable es de 2 ml o mg por cada cm2 de piel. 

El protector debe aplicarse todos los días por la mañana luego de la crema hidratante. Por otra parte, es recomendable volvérselo a poner a lo espléndido del día, cada tres horas aproximadamente. Y si el maquillaje supone un impedimento, no hay por qué preocuparse ya que a día de hoy existen protectores solares con esta función de ser reaplicados y su formato en polvo con escobillón incluida facilitan mucho su uso.

Aunque no haga un día muy soleado, es preciso aplicar protector ya que la radiación traspasa y penetra en la piel de igual guisa, aunque no lo parezca, pues las nubes no actúan como una barrera completamente impenetrable, sino más admisiblemente todo lo contrario, su capacidad de filtración es conveniente escasa y esto es lo que conduce a disimulo. Hay que tener en cuenta que el principal responsable del cáncer de piel es la radiación ultravioleta recibida de una exposición inadecuada al sol y la incidencia de melanomas aumenta aproximadamente un 10% cada año.

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